El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado este miércoles una nueva etapa en su política económica al anunciar la imposición de los aranceles a la importación más altos en un siglo. En un acto celebrado en los jardines de la Casa Blanca, Trump presentó un nuevo marco arancelario que establece un gravamen universal del 10% sobre todas las importaciones, con recargos aún mayores para los países con los que Estados Unidos mantiene mayores déficits comerciales. La Unión Europea, por ejemplo, afrontará un arancel del 20%.
El anuncio se realizó durante un evento que la propia Casa Blanca denominó como el “Día de la Independencia Económica”, en el que Trump, acompañado por miembros de su gabinete, congresistas, trabajadores del sector industrial y diversas autoridades, ha explicado su plan arancelario. Con un discurso cargado de tono combativo, el presidente estadounidense defendió estas medidas como un paso necesario para revitalizar la industria nacional, generar ingresos fiscales y proteger a los trabajadores del país.
Según el desglose mostrado por Trump, los nuevos aranceles afectarán con mayor severidad a países como Vietnam (46%), China (34%), Tailandia (36%) y Taiwán (32%), entre otros. Mientras tanto, se mantienen condiciones especiales para México y Canadá en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), así como una tarifa del 25% para productos que no cumplan sus requisitos.
Trump aseguró que estas políticas supondrán el renacimiento económico de Estados Unidos. Sin embargo, la mayoría de los economistas advierte que la medida podría desencadenar una guerra comercial a gran escala, con efectos negativos tanto para la economía estadounidense como para la global. Los expertos apuntan que, además de su potencial impacto recesivo, estas decisiones suponen un golpe directo al sistema de comercio internacional y a los aliados tradicionales del país.
Aplicación desde el sábado
El decreto, que se firmó al final del acto, comenzará a aplicarse este sábado en el caso del arancel universal, mientras que los aranceles específicos por país —denominados por la Casa Blanca como “recíprocos”, pese a no cumplir ese criterio técnico— se activarán a partir del 9 de abril.
En las últimas semanas, Trump ya había aprobado una serie de aumentos arancelarios de forma escalonada, que incluían medidas sobre productos chinos, metales, automóviles y componentes. Además, ha anticipado que otros sectores como los semiconductores, los productos farmacéuticos, el cobre o incluso el petróleo podrían verse afectados por nuevas cargas impositivas.
Aunque la Administración defiende estas decisiones como parte de una estrategia de presión negociadora, los fundamentos económicos sobre los que se sustentan han sido puestos en duda. Algunos altos cargos han admitido que el cálculo de los aranceles parte de una visión simplificada del déficit comercial, tratándolo como la suma de prácticas desleales, sin que existan pruebas sólidas que respalden esa premisa.