El «superaño» electoral alemán arrancó con victorias a escala regional para verdes y socialdemócratas, mientras que los conservadores recibieron un mazazo a seis meses de las elecciones generales que marcarán el adiós al poder de la canciller Angela Merkel.
Los verdes se ratificaron como primera fuerza en el próspero «Land» de Baden-Württemberg, con un 32,8 % de los votos; el Partido Socialdemócrata (SPD) lo hizo en Renania Palatinado (oeste) con un 35,7, según datos provisionales de las autoridades regionales a las 21.00 GMT del domingo 14 de marzo, dos horas después del cierre de los colegios.
La Unión Cristianodemócrata (CDU), por contra, se hundió con un 23,6 % en el sur y el 26,5 % en el oeste. Son mínimos históricos en ambos «Länder» para esa formación, sin un liderazgo consolidado para su «era post Merkel» y debilitada por el goteo de casos de corrupción revelados en el grupo parlamentario conservador.
La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) sufrió una notable caída de votos tanto en Baden-Württemberg como en Renania Palatinado, con un 10,1 y un 8,3 %, cinco puntos menos que en las anteriores regionales en ambos «Länder».
Duelo por la candidatura conservadora para las generales de septiembre
El batacazo conservador era previsible por razones regionales y nacionales. Los respectivos jefes de gobierno, el verde Winfried Kretschmann y la socialdemócrata Malu Dreyer, están muy bien valorados por sus conciudadanos, como exponentes de políticos cercanos, serios y eficientes. El primero ha gobernado Baden-Württemberg esta legislatura con la CDU como socio menor, mientras que la líder de Renania lo hizo con verdes y liberales.
La situación es, en cambio, extremadamente delicada para la CDU. El partido de la canciller y su hermanada Unión Socialcristiana (CSU) deben consensuar aún su candidatura para las generales. Hay un pulso interno entre el líder de la CDU, el centrista Armin Laschet -relevo de Merkel-, en el puesto desde enero, y el derechista Markus Söder, de la CSU.
Ambas formaciones están sacudidas por el escándalo de las comisiones que cobraron tres diputados por la compra de mascarillas anti covid o negocios con Azerbaiyán. Dos de ellos eran de la CDU y, el tercero, de la CSU. Los tres han dejado ya el grupo conservador.
A Söder se le atribuía cierta ventaja en el pulso por la candidatura común por su mayor popularidad. Ahora están tanto él como Laschet están presionados por la mancha de la corrupción.