La invasión rusa adquiere una nueva dimensión tras el corte de un tercio del total del gas ruso a Europa por parte de Ucrania. Los países europeos intentan depender cada vez menos del gas ruso pero la guerra en Ucrania ha obligado al país a tomar decisiones drásticas por «motivos de seguridad» en el lado ucraniano. La operadora de los sistemas de gas de Ucrania, GTSOU, tuvo que cortar hoy por «fuerza mayor» el tránsito de gas ruso a Europa a través del punto de medición de Sokhranivka y la estación de compresión Novopskov, en territorio ocupado de Lugansk.
La suspensión compromete el tránsito de gas a los países europeos, según considera la Comisión Europea, aunque no afecta a la seguridad de su suministro, ha matizado. Este corte se produce tras 77 días de invasión en los que el tránsito de gas no se había visto afectado hasta ahora.
A través de la estación de Novopskov se transportaban diariamente hasta 32,6 millones de metros cúbicos del combustible ruso a Europa, casi un tercio del total
Alrededor de un tercio de los flujos de gas rusos que entran a Ucrania circulan desde Sokhranivka para ser transportados después a países europeos, principalmente a Austria, Italia, Eslovaquia y países de Europa del Este. El resto del gas llega desde el punto de interconexión de Sudzha, más alejado de los territorios ahora ocupados por Rusia en Donbás, una región que sigue siendo la fijación de Putin y donde está centrando ahora la mayoría de sus esfuerzos.
A través de la estación de Novopskov se transportaban diariamente hasta 32,6 millones de metros cúbicos del combustible ruso a Europa, casi un tercio del total. Ucrania confirmó no obstante que puede traspasar el tránsito de gas al punto de medición de Sudzha en un volumen de 72 millones de metros cúbicos diarios.
