La primera ministra británica, Theresa May, llega este jueves a Bruselas tras pasar por Irlanda del Norte. Un viaje que no ha sido fácil y que ha dejado patente la ira de empresarios y políticos contra la propuesta de Brexit que plantea la premier.
Han sido dos jornadas difíciles, donde le han dejado claro que en Irlanda del Norte no gusta cómo el Parlamento británico y el Gobierno están gestionando el Brexit. La de May ha sido la tercera visita en los últimos siete meses a la provincia. Epicentro además de la crisis por el problema de la frontera. Los irlandeses, a ambos lados, serán los más castigados de un Brexit sin acuerdo.
May se entrevistó con los cinco mayores partidos políticos norirlandeses en el parlamento autonómico de Stormont. En ninguna de las formaciones encontró respaldo a su acuerdo.
Referéndum de unión
Los republicanos del Sinn Féin ya han advertido a May que su plan para el Brexit es «inaceptable». Y que una salida desordenada sin acuerdo llevará a un referéndum sobre la unificación de Irlanda.
«Si los políticos británicos no pueden aceptar las necesidades específicas de este país (…) la única opción final es un referéndum para la unidad irlandesa», ha dicho la líder del Sinn Féin, Mary Lou McDonald.