El triunfo el pasado 1 de julio de López Obrador en México ha dado un vuelco al país. El nuevo presidente vive una dulce luna de miel en su primer mes al frente del Gobierno. Su llegada ha supuesto un bálsamo para la violencia y caos que vivía el país latino. El optimismo y la austeridad marcan estos primeros días, con el respaldo de seis de cada diez mexicanos.
No será hasta dentro de cuatro meses que López Obrador reciba la banda presidencial de manos de Enrique Peña Nieto. Sin embargo, ya se nota su presencia. Ha hecho nombramientos, exigido reformas y dibujado las líneas maestras de su futuro Gobierno. Un proyecto que ha iniciado con austeridad. Entre otras cosas, quiere acabar con los privilegios de las élites políticas para reanimar así la política social.
Todo eso ha llenado de optimismo a México. La esperanza de cambios profundos ha marcado este primer mes tras la victoria de López Obrador. El futuro presidente vive una luna de miel idílica con sus conciudadanos. Un periodo que ya ha sido calificado de transición.
Apoyo ciudadano
La última encuesta, tras sólo un mes, recoge el ambiente de optimismo. Seis de cada diez mexicanos están convencidos de que la seguridad y la política mejorarán notablemente con López Obrador. El porcentaje de apoyo sube al 70% si se habla de economía.
El sondeo refleja que el país está alegre, feliz, confiado y tranquilo con el resultado electoral. Obrador ha servido de bálsamo a un país marcado por la violencia y la corrupción.
En su primer mes, López Obrador supera con creces las encuestas que en su momento se hicieron sobre Felipe Calderón, en 2006, o Peña Nieto en 2012. Las opiniones negativas sobre el futuro presidente son las segundas más bajas de la historia. Obrador encara así un periodo de espera hasta ser nombrado oficialmente dirigente del país.