Emmanuel Macron pierde a uno de los hombres fuertes de su Gobierno. El presidente francés aceptó a última hora de este martes la dimisión del ministro de Interior, Gérard Collomb, que insistió en su idea de abandonar el cargo un día después de que el mandatario galo la rechazara y le renovara su confianza. El primer ministro francés, Edouard Philippe, le sustituirá de forma interina hasta que se nombre un sustituto.
Los motivos de Collomb para dejar la cartera son las críticas que ha recibido tras expresar su intención de presentarse a la alcaldía de Lyon en las municipales de 2020. El ya exministro anunció el pasado 18 de septiembre que dejaría su cargo el próximo verano para dedicarse a tiempo completo a la preparación de la campaña.
Desde ese día, diferentes voces de la oposición pidieron que el titular de Interior abandonara cuanto el Ministerio, con el argumento de que sus responsabilidades son demasiado importantes como para estar pensando en sus ambiciones en Lyon.
“Dejamos este Ministerio con pesar, porque es un bonito Ministerio. Hay gente extraordinaria: los policías, gendarmes, bomberos. Ha sido una gran satisfacción estar al frente”, ha indicado Collomb, que considera que es “necesaria la claridad con los ciudadanos de Lyon”.
En este sentido, ha resaltado que no quiere que el hecho de ser candidato en el futuro “afecte” al Ministerio de Interior tras tener en cuenta los rumores y las presiones que podrían existir”.
De gran valedor de Macron a desencantado con él
Collomb, de 71 años, fue uno de los principales valedores de Macron cuando en 2016 dejó el Gobierno del entonces presidente socialista François Hollande, para lanzarse a la carrera por la jefatura del Estado. Pero también ha sido uno de los miembros del Ejecutivo que se ha atrevido a criticarle. Este verano reconoció que se habían cometido errores por falta de humildad.
Esta es la segunda dimisión a la que tiene que hacer frente Macron desde que llegara al Palacio del Elíseo en mayo de 2017. Hace poco más de un mes también abandono del ministro de Ecología, el popular Nicolas Hulot. Esta renuncia agrava la sensación de fragilidad de un presidente que cae en los sondeos y, por primera vez, da la sensación de no controlar a su equipo.