El presidente francés, Emmanuel Macron, ultima una profunda remodelación de su Gobierno para salir del bache en el que se encuentra. La caída en picado de su popularidad, las polémicas en las que se ha visto envuelto por su estilo arrogante, la ausencia de resultados tangibles de sus reformas y la deserción de ministros clave justifican la decisión del mandatario galo.
Francia aguardó durante este martes expectante el anuncio de la tan esperada remodelación gubernamental . Por la mañana parecía una cosa hecha. El primer ministro, Édouard Philippe, pasó una hora y media en el Elíseo. Tras una larga espera y cierta confusión, Philippe hizo saber que no había presentado la dimisión. La crisis sigue abierta y el desenlace podría incluso prolongarse unos días más.
Hay dudas sobre cuál será la fórmula para que se visualice la remodelación. Philippe y su Gobierno podrían dimitir en bloque, para luego recibir el primer ministro otro encargo. Eso requeriría un debate en el Parlamento y una votación de confianza. Daría la imagen de un nuevo comienzo, de una nueva era. Podría optarse también por la no dimisión, por el simple anuncio de cambio de carteras.
Dieciséis meses después de llegar al Elíseo, Macron sufre un evidente desgaste. Sus niveles de aceptación son incluso peores que los de su antecesor, Françoise Hollande. El inicio puede fecharse en la revelación, en julio, de las imágenes de su jefe de seguridad, Alexander Benalla, agrediendo a manifestantes el 1 de mayo. Desde entonces, los contratiempos se han acumulado.
Aprovechar la dimisión de Collomb
Ahora, la dimisión del ministro del Interior, Gérard Collomb, le ha puesto en bandeja esa revolución en su gabinete. La marcha anunciada tras varios días de titubeos y en contra de la voluntad del presidente, ocurrió poco más de un mes después de la dimisión por sorpresa del ministro de la Transición Ecológica, el popular Nicolas Hulot, que era el representante más significativo de la sociedad civil en el Consejo de Ministros. Al principio de la legislatura, Macron y Philippe ya perdieron a otro peso pesado, el ministro de Justicia veterano dirigente centrista François Bayrou.
La idea de Macron, según han informado ‘Le Monde’ y otros medios, es aprovechar la salida de Collomb para imponer un cambio que vaya más allá de su sustitución. Una de las incógnitas es cuántos ministros cambiarán, además del de Interior. Otra es qué peso tendrá la llamada sociedad civil y los tecnócratas frente a los políticos.