Manuel Valls se despidió este martes de la política francesa para centrarse de lleno en su candidatura a la alcaldía de Barcelona. El exprimer ministro galo acudió por última vez a la Asamblea Nacional antes de dejar definitivamente el escaño y tomó la palabra para agradecer a Francia la oportunidad que le ha dado.
En la sesión de control al Ejecutivo, Valls intervino tras el elogio del presidente de la Cámara, Richard Ferrand, que puso de relieve que “lo que la Asamblea pierde lo gana Europa”. El político nacido en Barcelona se dirigió al hemiciclo para expresar su reconocimiento a un país “único” que le ha dado la oportunidad a alguien como él, nacido en el extranjero, de ser alcalde, diputado, ministro y primer ministro. “El barcelonés, el francés, el republicano y el europeo no os olvidará jamás”, añadió.
Sus palabras cosecharon aplausos procedentes de la bancada de La Republica en Marcha, el partido del presidente Emmanuel Macron, al que Valls se incorporó en junio del 2017 como diputado asociado. Pero también abucheos, mayoritariamente de las bancadas de La Francia Insumisa de Jean Luc Mélenchon, cuyos diputados mostraron unos carteles con el mensaje “Bon débarras” (algo que se podría traducir como “Hasta nunca”). Los ujieres de la Cámara tuvieron que retirar esas pancartas.
El primer ministro, Edouard Philippe, le mostró su respeto elogiando especialmente el emotivo discurso que Valls pronunció en la Asamblea el 13 de enero del 2017, días después de los atentados yihadistas que costaron la vida a 17 personas. “En los momentos en los que Francia se vio amenazada, tuvo usted las palabras justas y expresó una posición sólida. Francia siempre se lo reconocerá”, indicó Philippe.
“Le deseamos que Ada Colau le pegue fuerte”
Fuera del hemiciclo, la presidenta de Reagrupación Nacional -el antiguo Frente Nacional- Marine Le Pen destacó ante la prensa que no siente “ningún orgullo” por el hecho de que un francés opte a la alcaldía de Barcelona y aconsejó a los adversarios políticos de Valls que no se dejen “engañar por su lado almibarado”.
“No siento ningún orgullo por un francés que se ha desinteresado de la suerte de su propio país, ha dejado la Asamblea Nacional, donde ha tenido el honor de ser elegido por los franceses y ha dejado la ciudad en la que ha tenido el honor de ser elegido por sus habitantes para poder llenar una ambición personal“, manifestó.
Por su parte, Jean Luc Mélenchon señaló que lo único que le desea a Valls es que sea derrotado por la actual alcaldesa, Ada Colau. “Somos una República. Cuando un diputado se va, se va. No hay que montar un jaleo como este. Nosotros decimos adiós, fuera. Y que Ada Colau en Barcelona le pegue fuerte”, dijo el líder de la Francia Insumisa, molesto con el procedimiento elegido por la mayoría parlamentaria para despedir al exprimer ministro.