Primero fue Michael Cohen, ex abogado de Trump y mano derecha, el que reconocía que había pagado a dos mujeres para que callaran sobre sus romances con el presidente de EEUU. Después, fue la condena a Paul Manafort, su jefe de campaña, por ocho delitos de fraude. Doble mazazo que dejaba al presidente americano contra las cuerdas. Sin embargo, no contempla su dimisión.
Algunos creen que podría estar al borde del llamado ‘impeachment‘ o proceso de destitución. Sin embargo, su adiós a la Casa Blanca parece lejano. Y es que tendría que ser aprobado por las dos Cámaras, ambas de mayoría republicana. Así que, salvo sorpresa, Trump tendría su respaldo para continuar al frente de EEUU.
Para llevar a cabo este proceso de destitución, Trump tendría que haber incurrido en traición, soborno y/u otros delitos federales. Los pagos a las dos mujeres podrían encajar perfectamente en ellos, así como el intento de influir en el resultado de las elecciones y fraude electoral. Por eso, ha querido defenderse y acusar a su ex abogado de inventarse «esas historias».
Contra Cohen
En una entrevista para la cadena Fox, Trump acusaba directamente a Michael Cohen de «inventar historias» para rebajar su posible condena. El presidente ha admitido que pagó con su propio dinero a sus dos ex amantes. Pero que no lo supo hasta que no produjo el pago y que el dinero no procedía de la campaña electoral.
«No se cogió de las finanzas de la campaña. No salieron de la campaña, salieron de mí. Si hubieran salido de la campaña, podría ser un gran problema, pero no fue así», dijo.