Alemania fue el primer país europeo en el que hubo contagios por coronavirus. Una mujer, que vive en Shanghái acudía a una reunión de u empresa en la región alemana de Baviera, al sur del país. Lo hacía tras haber visitado a sus padres en Wuhan, epicentro de la pandemia. Al regresar a China, daba positivo. Sin embargo, por el camino había contagiado ya a un compañero de trabajo residente en Alemania. Y éste, a su vez, a otras personas. Ahora, ellos están sirviendo también para determinar cuándo un enfermo deja de contagiar el virus.
Con ellos, Alemania intenta en un estudio establecer patrones de contagio y recuperación. Lo están llevando a cabo las clínicas Charité de Berlín y Schwabing de Múnich, junto al Instituto de Microbiología del Ejército alemán. Y ya tienen sus primeras conclusiones listas.
La primera de todas que en los primeros días de infección el virus se concentra solo en la nariz y la boca. De ahí que muchos comiencen a sentir síntomas más graves a partir del octavo día.
Y además han concluido el momento en que ya no son contagiosos para otras personas. Esto es cuando las muestras que se les extraen del área nasofaríngea y de los fluidos expulsados al toser, representan menos de 100.00 copias del genoma del coronavirus. Lo que supone alrededor de una semana después de comenzar con la enfermedad.
“La elevada carga vírica en la faringe inmediatamente después de los primeros síntomas apunta a que los pacientes con Covid-19 son ya muy pronto infecciosos, incluso antes de darse cuenta de que están enfermos”, dice el director del Instituto de Microbiología del Ejército alemán, Roman Wölfel. Este dato supone una información muy valiosa para los médicos a la hora de dar el alta.
Conclusiones
La conclusión principal del estudio, publicado en la revista ‘Nature‘, estima que los pacientes contagiados pueden ser dados de alta y pasar a cuarentena en casa si diez días después de enfermar presentan menos de 100.000 copias del virus.
“El coronavirus se puede multiplicar en la faringe sin necesidad de llegar al pulmón”, dice el estudio. Por lo que es “fácilmente transmisible”. También aseguran que aunque se multiplica en el tracto gastrointestinal, no se puede detectar la presencia del virus en heces, orina ni sangre de los pacientes.
Además, con las pruebas al grupo contagiado en primer lugar en Alemania, se sabe que desde la aparición de los primeros síntomas, se desarrollan anticuerpos a partir del séptimo. A las dos semanas, todos los pacientes habían producido esos anticuerpos. Con ellos, también se reduce la carga vírica. Y, por tanto, la posibilidad de contagiar a otros.
Pese a las conclusiones, los médicos dan altas a pacientes leves que siguen siendo contagiosos. Y que, por eso, deben permanecer en cuarentena y aislados, aunque estén en sus domicilios.