Conocido desde la década de los 60, la Dexametasona es un antiinflamatorio que se ha convertido esta semana en el primero autorizado para tratar los casos más graves de Covid-19. Un estudio revelaba que reducía la mortalidad en un tercio, siendo así el tratamiento más esperanzador para los pacientes que más preocupan.
El fármaco ha sido sometido a pruebas en el Reino Unido, como parte de un gran estudio. Y ha demostrado ser muy útil para disminuir el riesgo de muerte. Pero, ¿qué se sabe de la Dexametasona? Repasamos todo lo que hay que conocer de este medicamento.
¿Qué es y cómo funciona?
La Dexametasona es un esteroide. Reduce la inflamación al actuar como las hormonas antiinflamatorias que produce de manera natural el cuerpo humano.
En el caso de pacientes con coronavirus, este medicamento actúa amortiguando el sistema inmunitario. La reacción del cuerpo para combatir al virus es inflamarse, por lo que este fármaco ayuda a que las partes inflamadas vuelvan a su ser.
A veces, el sistema inmunitario se acelera para dar respuesta al virus invasor. Lo que puede resultar fatal. La misma lucha del cuerpo, diseñada para atacar la infección, termina atacando a las células del paciente. La Dexametasona calma este efecto.
Por eso, tan sólo es adecuado utilizarlo en los casos más graves. Aquellos que necesitan oxígeno o respirador mecánico. Utilizarlo en casos leves no ayuda.
Efectividad
Según los científicos que han llevado a cabo el estudio, una de cada tres muertes se evita con Dexametasona. En pacientes con ventilación mecánica. Entre aquellos que necesitan oxígeno, se salva una de cada cinco vidas.
Alrededor de 2.100 pacientes recibieron una dosis diaria de 6mg. Su progreso se comparó con el de otras 4.300 pacientes que no recibieron este tratamiento adicional. Los expertos aseguran que la Dexametasona debe utilizarse con otro conjunto de medicamentos para reducir aún más las muertes. Y se desaconseja, eso sí, para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
Disponibilidad
Se trata de un medicamento de bajo coste. En el Reino Unido se calcula que el tratamiento para cada paciente sería de alrededor de 6 euros. Además, existe suficiente cantidad del fármaco como para hacer frente a los casos graves.
Su accesibilidad se debe, entre otras cosas, a que ya no está bajo patente. Y es que la Dexametasona lleva en el mercado desde los 60. Concretamente, en 1957 se fabricó por primera vez. Y en 1960 ya estaba disponible en toda Europa. Muchas compañías pueden fabricarlo libremente, por lo que está al alcance de todo el mundo.
Utilidad
Hasta ahora, este medicamento se utilizaba para tratar inflamaciones o afecciones en las que el sistema inmunitario se sobrecarga. Entre las enfermedades más conocidas, el asma o reacciones alérgicas severas.
También se ha utilizado para la artritis o el lupus, causadas por el sistema inmunitario.
Además, la Dexametasona no tiene demasiados efectos secundarios. Entre los más comunes, ansiedad, dificultad para dormir, aumento de peso y retención de líquidos. Sin embargo, los pacientes con coronavirus necesitan una dosis relativamente baja, por lo que se limitan estos efectos secundarios.
