Cifras que se han duplicado en los últimos 30 años, por lo que la protección solar, así como el diagnóstico y tratamiento precoz de estas lesiones son básicos para evitar posibles complicaciones.
El Servicio de Dermatología del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo, dirigido por la Dra. María Calvo Pulido, ha incorporado la técnica de la cirugía de Mohs, que ha demostrado una gran eficacia en el tratamiento del cáncer de piel, tanto melanoma como no melanoma, de la mano de la Dra. Claudia Bernárdez.
La cirugía de Mohs, un tipo de cirugía también llamada micrográfica y cuyo nombre deriva del cirujano que la ideó, es una práctica quirúrgica cuyo beneficio primordial en el cáncer de piel es que mientras se realiza la técnica, el cirujano puede saber exactamente cuando el tumor ha sido extirpado por completo, lo que no es posible con otros tratamientos del cáncer de piel.
“Un paciente sometido a este tipo de cirugía sabe antes de llegar a su casa que ya no tiene tumor”, aclara la Dra. Bernárdez.
Esta posibilidad de ver donde acaba el tumor, le otorga a la Cirugía de Mohs dos beneficios principales frente a otros tratamientos del cáncer de piel: la mayor tasa de curación y la conservación del máximo posible de tejido sano disminuyendo así la cicatriz resultante. Esto es de especial importancia en áreas con menos cantidad de piel como serían la cara, el escote o las manos.
La cirugía de Mohs la realizan los dermatólogos entrenados para ello, al ser una técnica específica, y requiere también de un anatomopatológo, quien revisa la muestra de piel al microscopio. Se realiza en fases hasta poder determinar en el propio quirófano que el tumor está completamente eliminado, en cuyo caso se procede a la reconstrucción de la piel para cerrar el defecto quirúrgico de la forma más estética.
Para plantear su realización el paciente debe primero acudir a consulta para un correcto diagnóstico y planteamiento del tratamiento.