En muchas ocasiones los abortos de repetición, los fallos de implantación, que el embrión no llegue a estado de blastocisto o la no consecución de embarazos se deben a distintos fenómenos que afectan a la mujer: endometriosis, factores genéticos, etc.
Tal y como explica la Dra. Yolanda Cabello, directora del Laboratorio de la URHA del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo, dirigida por el Dr. Daniel Ordóñez, en estos casos está indicado realizar, además de pruebas a la mujer (pruebas de trombofilia, inmunología, histeroscopia diagnóstica, etc.), pruebas a los espermatozoides para ver si la cadena de ADN resulta fragmentada.
La fragmentación del ADN espermático puede ser de dos tipos: rotura de cadena sencilla y rotura de cadena doble. Las roturas de cadena sencilla del ADN espermático son producidas de forma extensiva y contribuyen a fallos de embarazo, mientras que las roturas de cadena doble están presentes en regiones específicas y aunque no impiden el embarazo pueden implicar un mayor riesgo de aborto asociado a factor masculino. Además, los daños de doble cadena no son subsanables por el ovocito, por lo que ni siquiera un ovocito de donante lograría conseguir el embarazo.
Para solucionar estos problemas, la URHA del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo ha puesto en marcha una técnica denominada FERTILE®, que consiste en chips microfluídicos de un solo uso para la selección de espermatozoides, que separan los espermatozoides sanos presentes en el semen y no requieren de ningún tratamiento previo del mismo.
Señala Cabello, «incluso en casos de fragmentación muy elevada gracias a esta técnica podrían reducirse al 50%, consiguiendo espermatozoides sanos para microinyectar».