El Gobierno y el Tribunal Constitucional (TC) cerraron este miércoles definitivamente la puerta a una investidura a distancia de Carles Puigdemont que el independentismo tenía claro que nunca se podría producir. Cataluña espera ahora a que el propio expresidente de la Generalitat, en cuestión de horas o días, designe por fin a su elegido para ocupar el cargo. Se trata del famoso plan D: un candidato limpio de causas judiciales que garantice una investidura efectiva y que sea una especia de hombre de paja de Puigdemont.
La idea de Junts per Catalunya y ERC, como confirmaba esta misma semana Elsa Artadi, es que Puigdemont anuncie desde Berlín a través de un vídeo el nombre de su sustituto. Se espera que sea antes del viernes. A partir de ahí, se celebraría la sesión de investidura a principios de la próxima semana, para que el nuevo ‘president’ tome posesión a finales de semana.
NOMBRES PARA DAR Y TOMAR
Los nombres de los eventuales candidatos siguen ocupando páginas y tertulias políticas, aunque todo queda a expensas de la estrategia personal de Carles Puigdemont, quien apuesta por un presidente breve, a la espera de conocer la decisión de la justicia de Alemania sobre su extradición.
Elsa Artadi, quien a inicios de semana se había autodescartado en reuniones privadas, vuelve a figurar como una salida viable. En la quinielas recogidas por los medios de comunicación figuran como mejores colocados el periodista y portavoz de JxCat, Eduard Pujol; el diputado y expresidente de Òmnium, Quim Torra; el vicepresidente primero del Parlament, Josep Costa; y el exdelegado del Govern en Madrid Ferran Mascarell.
Pero también han sonado en los últimos meses el exalcalde de Cerdanyola del Vallès por ICV Antoni Morral, la alcaldesa de Gerona, Marta Madrenas; el alcalde de Valls, Albert Batet; el de Mollerusa, Marc Solsona; la expresidenta de la Institució de les Lletres Catalanes, Laura Borràs; o el exmiembro del comité ejecutivo del Pacte Nacional por el Referéndum Francesc de Dalmases.