El Palacio de Arnaga en Cambo-les-Bains, al sur de Francia, fue el escenario elegido para certificar el fin de ETA. Los llamados “mediadores internacionales”, los “facilitadores” y el resto de personajes que acudieron al último acto de la banda terrorista no tuvieron un solo recuerdo para las víctimas.
Aunque ETA moría el 20 de octubre de 2011, los terroristas no querían cerrar su sangrienta historia sin un acto que alimentara su ego. Y es que el de este pasado viernes fue un intento de legitimar a la banda, de blanquear su final y hasta de intentar ponerla al nivel de dos estados como son España y Francia. No hubo reproches a los asesinos y tampoco se acordaron de las víctimas de los etarras. Eso sí, se guardó un minuto de silencio por “todos” los muertos del “conflicto”, lo que equiparó a las víctimas con sus verdugos.
Los supuestos “expertos” del fin de ETA no utilizaron en ningún momento tampoco la palabra terrorismo. Lo cambiaron por eufemismos como “violencia política”, “violencia armada” o “acciones armadas ofensivas”. Algo que indignó sobremanera en Twitter.
En la red social, muchos han contado sus experiencias bajo el hastag #NiOlvidoNiPerdon. Otros han querido reivindicar a las víctimas y han criticado duramente y con razón las reiteradas felicitaciones a ETA por haberse disuelto.
https://twitter.com/entresolynubes/status/992677885474459648
¿Veis esta foto? Contad las tumbas. #ETA ha matado cinco veces más. Entre ellos, decenas de niños, mujeres embarazadas. Cientos de sus crímenes aún sin resolver. Pero hoy montan un show para hablar de política y de SUS presos. Bien: estos son NUESTROS muertos. #NiOlvidoNiPerdon pic.twitter.com/wFNXgVFt1F
— Javier Santamarta del Pozo (@JaviSantamarta) May 4, 2018
https://twitter.com/jaimeberenguer/status/992464584572375040
https://twitter.com/srtacassandra/status/992679970353926145
Tantas vidas arrancadas, tantas orfandades, tantas infancia rotas, tanta desolación y muerte. Y ni un sólo Perdón. Tantas horas, días, años, décadas de terror y sangre. Y ni un sólo perdón. ¿Es mucho pedir como sociedad? #NiOlvidoNiPerdón
— Inma L. Ureña ن (@orbangabea) May 5, 2018
https://twitter.com/basquespaine/status/992675040037654528
Entre los asistentes, el abogado surafricano Brian Currin; Jonathan Powell, asesor de Tony Blair en las negociaciones con el IRA; y Jean René Etchegaray, presidente de la Mancomunidad Vasca, entre otros. Se dio asimismo un papel destacado a “autoridades internacionales” como Bertie Ahern, ex primer ministro irlandés, Cuauhtémoc Cárdenas, mexicano presidente honorario de la Internacional Socialista o al líder del Sinn Fein, Gerry Adams.
No faltaron algunos como el exjefe de ETA Eugenio Etxebeste, Antxon; el sindicalista-etarra Rafael Díez Usabiaga, excarcelado en agosto pasado, o su compañero Rufi Exteberría. Tampoco Arnaldo Otegi y Andoni Ortuzar, presidente del PNV, así como Raúl Arza, de UGT.
Los presos
El acercamiento de los presos etarras a cárceles del País Vasco fue, en realidad, el objetivo del día. Ni víctimas ni perdón. Sólo acordarse de los más de 300 terroristas encarcelados por sus crímenes. Hubo incluso quien los calificó de “presos políticos”. Si no se les acerca, dijeron, sería símbolo de una “venganza” del Gobierno español.