La organización no tuvo mejor ocurrencia que en vez de sacar bolas de una urna -como en cualquier sorteo que se precie- los jóvenes tenistas eligieran a una modelo. Cada una de ellas escondía en una parte de su cuerpo una letra, correspondiente a cada uno de los grupos a los que iría a parar cada jugador.
Los jugadores tenían que desfilar por la pasarela con la modelo que más les gustara, que, tras un baile sexy, desvelaban la letra que llevaba pintada en su cuerpo. Así, una de ellas levantó su vestido para mostrar una ‘A’ en su muslo, mientras que otra se quitó la chaqueta y enseñó una ‘B’ en su espalda.
Tal ha sido el escándalo provocado por el sistema de sorteo que la propia Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) ha pedido disculpas “por las ofensas causadas” en un comunicado de prensa conjunto con el patrocinador Red Bull.