El pasado, presente y futuro se reúnen en ARCO 2022 para celebrar sus 41 años de galerismo con una edición conmemorativa que ha querido rendir homenaje a las galerías de la feria. La crítica política sigue haciendo acto de presencia en el evento con retratos de Franco y Pedro Sánchez, como también lo hacen las reivindicaciones sociales en obras que demandan un paso más allá en la identidad sexual como es el caso de la obra más polémica de esta edición, un vídeo explícito de la artista peruana Wynnie Mendoza.
La Feria ARCO vuelve a abrir sus puertas con la nueva realidad-post-pandémica. Además, vuelve a hacerlo en sus fechas habituales, ya que en 2021 se celebró de manera excepcional en julio debido a la situación del Covid-19. 185 galerías participantes de 30 países se han dado cita en una feria que ha podido celebrar por fin su 40 (+1) aniversario.
“La edición de 2021 nunca se debió celebrar en julio, fueron muy malas fechas. Esta vez observo una vuelta completa a la normalidad e incluso a cierta euforia”, señalaba la galerista Juana de Aizpuru, directora de la primera edición de ARCO en 1982. La feria ha estado llena de propuestas para todos los públicos, ya que las obras divertidas acercan el interés del público más adulto y las más sesudas despiertan la inocencia y curiosidad de los más pequeños.
Controversia habitual en ARCO
La obra «Cerrar para abrir» de la peruana Wynnie Mendoza expuesta en la galería Gingsberg ha sido foco de la polémica durante la feria ARCO . Un vídeo en el que la artista muestra cómo se operó la vagina casi al completo, dejando un pequeño orificio para la menstruación y líquidos vaginales. La ‘performance’ acompaña a un cuadro de grandes dimensiones que en conjunto busca hacer un acto de protesta contra la violencia sobre las mujeres, al mismo tiempo que reivindica ir más allá del binarismo. «El arte es pensar creativamente las relaciones, el espacio, el cuerpo, las relaciones interpersonales, los sentimientos», subrayó a EFEminista la artista.
La política no suele ser ajena a la feria ARCO. Buena cuenta de ello hacen obras como «Mis líderes favoritos de extrema izquierda», una creación que ironiza sobre la imagen que se tiene de Pedro Sánchez en España. «Es una obra hecha desde la izquierda. Es curioso como con el arte visual la gente puede llegar a interpretar el mensaje contrario al que se quiere mandar», apuntaba el creador, Riiko Sakkinen, al diario Público. El trabajo ha sido tasado en 16.000 euros y ha sido expuesta por la galería Forsblom.
En la Galería José de la Mano se puede ver la obra política de Ramón Bilbao de los últimos años del franquismo y en Crone se encuentran trabajos del cubano Hamlet Lavastida, liberado hace unos meses por el régimen castrista
ARCO no solo es última tendencia, también es vanguardia. La obra más cara este año es un óleo de Joan Miró de 1973 valorado en dos millones de euros. La galería Leandro Navarro lo expone en su estand, ha estado casi todo este tiempo en una colección particular, es bastante grande y está “en un magnifico estado de conservación”, según el galerista.
Las mujeres piden paso
La feria dedica este año una serie de espacios a las obras creadas por mujeres, tradicionalmente menos presentes en la feria que sus compañeros. Las zonas diferenciadas con el cartel “Proyecto de artista” están diseminadas por la feria y cuentan con las obras de Mari Puri Herrero, Amparo Sard, Rosa Brun, Nalini Malani, Irma Álvarez, Ana Peters, Leiko Ikemura, Aurélia Muñoz e Inés Medina, entre otras.
¿Vuelta a la normalidad?
La sensación de haber sorteado lo peor de la crisis sanitaria fue patente durante el transcurso de la feria. La organización de la feria cifra en más de 75.000 visitantes la asistencia a la cita, un número todavía lejano de los casi 100.000 que se congregaron en ediciones prepandemia. “Hemos cumplido con los objetivos que teníamos, las galerías se han sentido seguras, han arriesgado y las ventas han sido exitosas. Es una edición que ha devuelto todo lo que le pedíamos”, ha explicado Maribel López, directora de la feria.
Tanto la pandemia como la invasión de Ucrania, que estalló nada más comenzar la feria, no han afectado a la cita ni ha generado bajas de último momento en profesionales y coleccionistas. ARCOmadrid presume de un músculo que todavía puede tonificar para alcanzar niveles de asistencia previos a la pandemia. Lo que sí parece claro es que el arte contemporáneo sigue generando interés.
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