Tras múltiples retrasos, el conocido como AVE a La Meca echa por fin a rodar. El rey saudí, Slaman Bin Abdulaziz Al Saud, inauguró oficialmente este martes la línea de alta velocidad que une las ciudades sagradas para los musulmanes de La Meca y Medina, en cuya construcción y explotación participan doce empresas españolas.
Aunque las operaciones comerciales no comenzarán hasta el próximo 4 de octubre, el recorrido inaugural de este también llamado ‘AVE del Desierto’ se ha realizado con la circulación de dos trenes entre las estaciones de Yeda y Medina.
Considerado mayor proyecto de infraestructuras de empresas españolas en el exterior, su importe asciende ya a 7.100 millones de euros. Pese a ser considerado uno de los emblemas de la ‘marca España’, la inauguración no contó con altos dirigentes del país y la representación española quedó limitada al embajador en Arabia Saudí, Álvaro Iranzo Gutiérrez, y al presidente del consorcio constructor, Jorge Segrelles.
Así, no acudió el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ni el presidente de Renfe, Isaías Táboas, ni la de Adif, Isabel Pardo. Tampoco la mayoría de los presidentes de las empresas que trabajan en este corredor ferroviario. Este perfil bajo de España en la inauguración llama la atención en contraste con el despliegue saudí, también representado por el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, y otras autoridades del reino.
El consorcio español que ha participado en el proyecto está integrado por Renfe, Adif e Ineco, y las privadas OHL, Cobra (ACS), Indra, Consultrans, Copasa, Siemens, Imathia, Inabensa y Talgo.
Las cifras y características del AVE a la Meca
Los saudíes podrán subirse a este tren cuatro días a la semana (de jueves a domingo) con ocho frecuencias diarias, cuatro por sentido. El consorcio ha tenido que negociar con las autoridades del país esta solución transitoria, ya que todavía no están completadas todas las instalaciones. El principal escollo es que el tren no puede circular a la velocidad contratada, hasta 330 kilómetros por hora, debido a que los sistemas de señalización y de seguridad no han recibido el visto bueno del project manager de la obra, la alemana Deutsche Bahn.
Así, el AVE a la Meca no estará a pleno rendimiento hasta septiembre de 2019, que será cuando circule todos los días de la semana y a la velocidad máxima de 330 kilómetros por hora para la que está diseñado. En los dos primeros meses de servicio, los viajeros contarán con descuentos de hasta el 50% en el precio de los billetes, que se comercializarán con un sistema de precios flexible vinculados a la demanda.
El AVE a la Meca se ha inaugurado siete años después de que a finales de 2011 España se alzara con el proyecto. El contrato ha supuesto la colocación de las vías de la línea, de 450 kilómetros de longitud, y la instalación de todas sus instalaciones de ‘superestructura’, además del suministro de trenes y su explotación.
Los trenes, de 215 metros de longitud, tienen capacidad para 417 pasajeros. Cada cabeza tractora tiene instalados dos sopladores para apartar la arena de la vía. Además, la cubierta cuenta con filtros que expulsan el polvo que pueda entrar en los vagones y con una pintura especial para proteger al tren de la abrasión y corrosión que produce el polvo en suspensión. Las ventanillas también llevan adheridas una película protectora para evitar que se rayen por el polvo y todos los vagones cuentan con aire acondicionado diseñado para soportar las temperaturas superiores a los 50 grados que puede haber en el exterior.
Una vez que esté a plena rendimiento, el AVE unirá La Meca y Medina en menos de dos horas y media y se espera que transporte a unos 60 millones de pasajeros al año.