Defensora de los derechos humanos, la ONG HRW (Human Rights Watch) ha denunciado este lunes las detenciones masivas y arbitrarias del Gobierno de China de al menos un millón de musulmanes. Todos ellos viven en la región de Xinjiang y son enviados a lo que llaman ‘campos de reeducación’.
En ellos, son torturados y adoctrinados en una campaña de abusos sistemáticos “que no se ha visto en el país en décadas”.
En un nuevo informe, HRW asegura que el control gubernamental chino sobre los 13 millones de musulmanes de esta región ha aumentado considerablemente. Y que al menos un millón de ellos han sido llevados a estos campos de reeducación. Allí, entre otras cosas, son forzados a aprender chino mandarín y a entonar cánticos del Partido Comunista chino.
Sin delitos
“El Gobierno chino está cometiendo abusos de derechos humanos en Xinjiang a una escala que no se ha visto en el país en décadas”, denuncia HRW. Sobre todo, porque los detenidos no han sido acusados de ningún delito. Tampoco tienen acceso a abogados ni contacto con sus familiares.
Algunos de ellos están acusados de circunstancias que no constituyen delitos. Como tener vínculos con países extranjeros o utilizar WhatsApp. Una aplicación, eso sí, censurada por las autoridades chinas.
“Pregunté si podía contratar a un abogado y dijeron: ‘No, no deberías necesitar un abogado porque no estás condenado. No hay necesidad de que te defiendan contra nada. Estás en un campo de educación política. Todo lo que necesitas hacer es estudiar'”, cuenta uno de los detenidos, que permaneció varios meses en uno de estos campos.
Otro denuncia haber estado controlado en todo momento. “Estábamos vigilados incluso en el baño”, relata.
Fuera del campamento son habituales los controles de pasaporte. También la asistencia obligatoria a escuelas nocturnas de mandarín o ceremonias para izar la bandera.