De manera excepcional, en una reunión por videoconferencia, el jurado encargado del premio Princesa de Asturias de la Concordia ha decidido a los galardonados de este año: los sanitarios españoles. El motivo no es otro que su lucha contra el Covid-19 desde la primera línea, en pleno contacto con los pacientes infectados.
La candidatura ha sido propuesta por Ginés Morata, Pedro Miguel Echenique Landiríbar y Salvador Moncada. Los tres han sido premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2007, 1998 y 1990 respectivamente. Han destacado que los sanitarios han mostrado un encomiable nivel de profesionalidad y compromiso.
“Expuestos a una alta y agresiva carga viral, su entrega incondicional, haciendo frente a largar jornadas de trabajo sin contar, en ocasiones, con el equipamiento y los medios materiales adecuados”, han resaltado. Todo ello representa “un ejercicio de vocación de servicio y de ejemplaridad ciudadana”, dicen en la nota de la fundación Princesa de Asturias.
Desde el jurado de los premios se insiste en el “espíritu de sacrificio personal”, que califican de “sobresaliente”. Siempre “en favor de la salud pública y del bienestar del conjunto de la sociedad”. Algo que se ha convertido “en un símbolo de la lucha contra la mayor pandemia global que ha asolado a la humanidad en el último siglo”.
El premio reconocerá desde los centros de atención primaria a los grandes complejos hospitalarios. Y tanto públicos como privados.
Cambio de orden
Los premios Princesa de Asturias han cambiado el orden tradicional de galardonados. La Fundación arrancaba siempre con el premio de las Artes. Pero la pandemia ha hecho incluso cambiar esto. En una edición marcada por las reuniones telemáticas, esta vez han considerado que el primer premio anunciado debía ser el de la Concordia.
Según el acta, se reconoce así a “miles de personas”. Y se destaca el “heroico espíritu de sacrificio” que han tenido. Todos han asumido “graves riesgos y costes personales”. Incluida “la pérdida de la propia vida”.
El premio de la Concordia está dirigido a distinguir “la labor de defensa y generalización de los derechos humanos”. También “del fomento y protección de la paz, de la libertad, la solidaridad, del patrimonio mundial”. Y, “en general, del progreso de la humanidad”.