La convocatoria de los supremacistas blancos en Washington fue un fracaso. Sin embargo, su mensaje empieza a calar hondo en EEUU. Una corriente que hace temer ya al país.
El aniversario de la matanza racista de Charlottesville inspiraba una marcha radical frente a la Casa Blanca. Más pequeña de lo previsto y con una contramarcha que terminó por neutralizar el mensaje supremacista. Pero que sirvió para sembrar la semilla de la xenofobia un poco más en EEUU.
A pesar de que hubo tensión, la policía evitaba que los incidentes fueran a mayores. Sin embargo, el país teme el resurgir del racismo más intrínseco de EEUU. Y es que, hasta el año pasado, parecía ya destino a lo más oscuro de Internet y al olvido. Con la llegada de Trump a la Presidencia, parece haberse desatado.
Bajo el lema ‘Unir a la Derecha 2’, apenas dos docenas de personas. Muy por debajo de las 400 que se esperaban. Los contramanifestantes, de hecho, fueron muchos más. Pese a ello, su campaña ha ganado visibilidad entre la opinión pública.
Son muchos ya, incluidos medios de comunicación como Fox, los que promulgan que la raza blanca está perdiendo peso demográfico y poder. Temen que su modelo de civilización peligre.
Charlottesville
Sin duda, los disturbios del año pasado en Charlottesville fueron el origen de este temor a la vuelta supremacista blanca en el país. Por eso, la policía estaba preparada esta vez para paliar cualquier atisbo de violencia.
Charlottesville había declarado incluso el estado de emergencia por lo que pudiera pasar. Se acordó y cerró el tráfico en un área de 15 bloques, donde se controlaba el acceso para evitar la entrada de armas.
El sábado fueron los manifestantes de extrema izquierda los que increparon a la policía, acusándola de ir “de la mano” con los supremacistas. Ya el año pasado, los agentes estuvieron en el punto de mira por haber tardado tanto en atajar la violencia.