Un chamizo rodeado por neumáticos y en medio del desierto de Nuevo México. En condiciones infrahumanas vivían hasta 11 menores, dos hombres y tres mujeres en esta especie de campamento que tenía un terrible objetivo: atentar en colegios.
Hasta 11 menores de entre 1 y 15 años fueron rescatados de este campamento. En medio de un páramo cercano al pueblo de Amalia, una minúscula localidad al norte del estado de Nuevo México. Sin agua y lleno de basura, el campamento acogía a los niños en condiciones miserables.
Era este pasado miércoles cuando se presentaban los cargos judiciales y se conocía la razón de este campamento. La policía asegura que el líder de este extraño grupo estaba entrenando a los niños con armas para atentar en colegios.
Los menores, según los investigadores, no tenían zapatos y vestían con harapos. “Parecían refugiados del Tercer Mundo”, han dicho.
Las tres mujeres, aparentemente las madres de los 11 niños, tienen entre 35 y 38 años y ya están en prisión.
Secuestro de su hijo
La historia de este campamento comienza en diciembre del año pasado. Una mujer de Atlanta denunciaba que su marido se había llevado a su hijo de tres años, Abdul-ghani. El niño sufría mareos y necesitaba constante atención médica, además de tener dificultades para caminar. Su padre, Siraj Ibn Wahhaj, de 39 años, se lo había llevado asegurando que iba a practicarle un exorcismo.
Las investigaciones se extendían hasta Nuevo México, donde la policía terminaba encontrando el campamento. Wahhaj era previsiblemente el líder. Estaba fuertemente armado, aunque como el resto de adultos, fue arrestado sin oponer resistencia.
Aunque en un primer momento no parecía que el pequeño Abdul estuviera allí, los investigadores encontraron después restos de un menor. Pese a que aún no hay resultados oficiales de los análisis forenses, todo parece indicar que se trataría del niño secuestrado.