El sueño de muchos británicos de que se celebre un nuevo referéndum sobre el Brexit para así poder revertir la decisión de salir de la Unión Europea se desvanece. La primera ministra británica, Theresa May, ha descartado esa posibilidad, que cada vez pedían más voces, asegurando que convocar una segunda consulta “destruiría la confianza en los políticos”.
“Cuando se realizó el referéndum, dimos a la gente la oportunidad de elegir, y eligieron. Si como políticos queremos que confíen en nosotros, tenemos que cumplir ese mandato”, asegura May en una entrevista en ‘The Daily Express’ en referencia a los resultados de ese referéndum del 23 de junio de 2016.
En declaraciones realizadas en la víspera de asistir este miércoles a la cumbre informal de líderes de la UE en Salzburgo (Austria), May defiende su propuesta de Brexit, acordada con sus ministros el pasado julio en su residencia campestre de Chequers, que plantea la creación de un mercado común de bienes británico-comunitario con equivalencia regulatoria. “Pongo sobre la mesa lo que pensamos, que es el plan adecuado para el Reino Unido y que ofrece un buen acuerdo para la UE”, afirma la jefa del Gobierno.
Según Londres, el plan de Chequers, que contempla también la cooperación en otras áreas, permitiría mantener abierta la frontera entre la región británica de Irlanda del Norte e Irlanda, algo clave para el proceso de paz en la zona, si bien Bruselas ha considerado el mecanismo poco operativo.
May confía en convencer este miércoles a los Veintisiete de su plan para la futura relación bilateral y conseguir alguna concesión de Bruselas, lo que reforzaría su posición dentro del Reino Unido, donde cobra fuerza la campaña que promueve una segunda consulta popular.
El plan Chequers o nada
La campaña por un llamado “Voto del Pueblo”, orquestada por influyentes políticos y bien financiada, propone someter a consulta el acuerdo al que la primera ministra conservadora llegue con la UE, con la opción de permanecer dentro del bloque si este es negativo.
Pero May también lo descarta y mantiene que las opciones sobre la mesa son un acuerdo basado en el plan de Chequers o dejar el bloque sin ningún acuerdo, una alternativa para la que ya se preparan tanto Londres como Bruselas.