Ese fue el objetivo con el que hace año y medio se puso en marcha en el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, el “Curso O-CRM obstétrico: Importancia del Factor Humano en Emergencias Obstétricas”, iniciativa que ya ha celebrado varias ediciones y que acaba de ser reconocida con el primer Premio Quirónsalud en Obstetricia y Ginecología.
La distinción, entregada en la I Jornada de Obstetricia y Ginecología Quirónsalud, recientemente celebrada en Madrid, y recogida por el Dr. Juan Miguel Rodríguez Candia, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Infanta Elena, avala así el espíritu innovador del proyecto, su objetivo de aportar avances científicos que repercutan en mejoras en la atención a los pacientes, y su carácter efectivo y eficiente en la gestión de los recursos.
Asimismo, el premio supone un reconocimiento y un estímulo para los profesionales impulsores de este curso, dirigido por el Dr. Rodríguez Candia y coordinado por la Dra. Montserrat González Rodríguez, jefa de sección de Obstetricia del citado servicio.
Y es que la formación en las denominadas “habilidades no técnicas” resulta clave a la hora de abordar emergencias obstétricas, en las que se tienen que tomar decisiones de forma muy rápida e implicando a diversas categorías profesionales. Se trata de situaciones críticas, tanto por prevalencia como por gravedad, que hacen que “el estrés aumente y la posibilidad de pérdidas de información, fallos en la comunicación, errores de fijación, etc, puedan aparecer más fácilmente”.
Simulaciones para mejorar la dinámica de grupo
Por ello, además de impartir conocimientos teóricos y habilidades prácticas, los profesionales que han participado en las distintas ediciones de esta acción formativa han podido realizar simulaciones obstétricas avanzadas in situ, lo que las hace más reales y facilita la detección de fallos de organización o estructurales, con el objetivo de mejorar la dinámica de grupo para garantizar la seguridad del paciente y disminuir los errores secundarios a una mala comunicación o a la falta de entrenamiento.
En este sentido, desde la Coordinación del curso aseguran que la “actuación clínica estructurada en situaciones obstétricas emergentes depende en mayor medida de la dinámica del equipo que de la actuación a nivel individual” y que “de la prontitud del diagnóstico y de la rapidez en instaurar el tratamiento óptimo dependerá igualmente el pronóstico materno-fetal”.
Estas situaciones evitables surgen de errores en la comunicación o de no adelantarse a la complicación. Por ello, inciden, “los equipos bien organizados, con protocolos de actuación bien establecidos y una comunicación directa y cerrada, trabajan de forma armónica y coordinada y responden con mayor prontitud y eficacia en situaciones emergentes”.