El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, ha decidido levantar la ley marcial en el país tras el rechazo rotundo de la Asamblea Nacional, en una votación que ha obligado al mandatario a retirar la medida según lo establecido en la Constitución. La crisis se desató cuando Yoon decretó inesperadamente el estado de emergencia, acusando al principal partido de la oposición, el Partido Democrático, de ser una “fuerza procoreana” que, según el líder conservador, amenazaba la estabilidad del país.
La situación escaló rápidamente, con miles de manifestantes tomando las calles de Seúl y congregándose frente al Parlamento. Las protestas ciudadanas han puesto de manifiesto la creciente polarización política en Corea del Sur, que se agudizó tras la victoria del Partido Democrático en las elecciones legislativas de abril. Este triunfo debilitó significativamente la posición del gobierno de Yoon, generando tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo.
El intento del Ejército surcoreano de tomar la sede del poder legislativo fracasó. Las tropas, desplegadas para hacer cumplir la ley marcial, se encontraron con la resistencia de los parlamentarios y la protesta masiva de la población civil. A pesar de su fracaso, los altos mandos militares reiteraron su intención de mantener la ley marcial en Corea del Sur, lo que generó una crisis institucional sin precedentes.
Retirada de la ley marcial
Finalmente, y en medio de la presión política y social, Yoon anunció la retirada de la medida. Con este gesto, el mandatario busca evitar una confrontación directa con el poder legislativo y calmar la creciente ola de descontento popular. No obstante, su futuro político sigue en el aire, ya que el Parlamento podría iniciar una moción de censura en su contra en los próximos días.
La crisis ha reavivado tensiones reminiscentes de la Guerra Fría en la península coreana, como señala el analista Joaquín Luna. El conflicto subraya la delicada relación entre las instituciones civiles y militares en el país, mientras Corea del Sur enfrenta una de sus mayores crisis democráticas en años.