La infanta Cristina e Iñaki Urdangarín han decidido «de común acuerdo, interrumpir su relación matrimonial», según aseguran ambos en un comunicado remitido a EFE en el que subrayan que el compromiso con sus cuatro hijos «permanece intacto».
«De común acuerdo, hemos decidido interrumpir nuestra relación matrimonial. El compromiso con nuestros hijos permanece intacto. Dado que es una decisión de ámbito privado, pedimos el máximo respeto a todos los que nos rodean«, han anunciado hoy Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarín en el breve texto en el que formalizan su decisión.
26 años de relación
Los exduques de Palma, quienes se conocieron en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1966 y que se casaron el 4 de octubre de 1997 en Barcelona, no dan más detalles sobre los términos de su separación. Sus caminos se dividen después de que vieran la luz unas fotografías publicadas el pasado miércoles 19 de enero en las que se veía al cuñado del rey Felipe VI paseando de la mano con Ainhoa Armentia, compañera de trabajo en un bufete de Vitoria.
El exjugador de balonmano, tras la publicación de las polémicas imágenes, confirmó a la prensa de manera implícita que su vinculación amorosa con la hija mediana del rey emérito Juan Carlos había llegado a su fin.
«Vamos a gestionarlo de la mejor manera posible. Es una dificultad que gestionaremos con la máxima tranquilidad y punto, como siempre hemos hecho», declaró Urdangarín al ser preguntado por la situación de su matrimonio y por las fotografías que había publicado la revista ‘Lecturas’.
Situación actual de los exduques de Palma
En estos momentos, la infanta Cristina sigue viviendo en Ginebra. La familia fijó su residencia en la ciudad suiza en el año 2013, tras las primeras revelaciones de corrupción que salpicaban a su todavía esposo, Iñaki Urdangarín.
En cambio, él regresó a principios del otoño pasado a Vitoria, donde está terminando de cumplir su condena de 5 años y 8 meses por el caso Nóos; en el que cometió delitos de prevaricación, malversación, tráfico de influencias y fraude. Urdangarín goza desde hace varios meses del régimen de libertad vigilada, que le permite vivir en su ciudad natal, alejado de la prisión alavesa de Zaballa.