El pasado 6 de mayo, Santiago Abascal amenazaba ya con presentar una moción de censura contra el Gobierno de Sánchez. Un primer paso que culminaba este miércoles al confirmar que la llevarán a cabo el próximo mes de septiembre. Pero para ello, el líder de Vox aún tiene que dar unos cuantos pasos más.
El primero de ellos será presentarla oficialmente en el Congreso. Para ello necesita al menos a la décima parte de los diputados y tiene un tiempo, según ha anunciado, de cinco semanas por delante. Sólo con los escaños que ocupa Vox se supera ese mínimo. Por lo que la propuesta podrá llegar sin problemas a la Mesa del Congreso.
En esa propuesta no puede faltar un candidato a presidente. Aunque en su momento, Abascal animó a Casado a presentar él la moción, si Vox lidera el proceso es de esperar que presenten a su líder como alternativa a Sánchez. La Mesa estudiará los requisitos y, si están correctos, la admitirá a trámite.
Vox iniciará los trámites con una propuesta en la que debe incluirse un candidato a presidente.
En los días siguientes, pueden presentarse mociones alternativas. Reuniendo eso sí, los mismos requisitos que la que presente Vox. Desde su presentación a la Mesa y posterior admisión, no pueden pasar menos de cinco días para votarla en la Cámara Baja. Ésta se llevará a cabo tras un debate sin límite de tiempo con los diputados firmantes de la moción.
En caso de que se presenten varias mociones, el presidente podrá debatirlas en conjunto. Aunque se votarán por separado, siguiendo el orden de presentación.
Para que salga aprobada, se requiere la mayoría absoluta del Congreso. Lo que supone reunir un total de 176 votos afirmativos.
Y es ahí donde llegará el tropiezo de Vox. De momento, y no parece que vaya a convencer a más, dispone únicamente del voto afirmativo de sus 57 diputados. Aunque el PP se uniera, cosa que ha rechazado inmediatamente, las cuentas tampoco le saldrían a un Abascal que recurre a la moción más como estrategia política que como instrumento para derrocar al Gobierno de coalición.
