Alemania se encuentra bajo presión debido a la creciente llegada de solicitantes de asilo y refugiados ucranianos, lo que ha llevado al Gobierno alemán a considerar cambios legales y un aumento en la vigilancia en sus fronteras con Polonia. La pequeña localidad de Forst, ubicada en la frontera con Polonia, se ha convertido en un epicentro de la crisis migratoria en Alemania, recordando la situación de los refugiados en 2015 que generó tensiones en todo el país.
Esta semana, un incidente resaltó la magnitud del problema cuando un conductor de una furgoneta, un joven de 18 años, se negó a detenerse ante la policía. Después de una persecución, el conductor abandonó el vehículo y escapó a pie. Cuando los agentes revisaron la furgoneta, encontraron a 30 personas apiñadas en su interior, incluyendo a un niño de dos años. Todos eran sirios y carecían de documentación. El miércoles 20 de septiembre, la Policía Federal detectó a más de 170 personas que habían ingresado ilegalmente al sur de Brandeburgo. Además del conductor en Forst, otros tres contrabandistas de personas fueron arrestados.
El constante flujo de entradas ilegales por la frontera oriental ha llevado a un aumento en las voces que exigen controles fronterizos permanentes en las fronteras con Polonia y la República Checa. Hasta ahora, el Gobierno del canciller federal alemán Olaf Scholz no consideraba necesario implementar tales medidas, pero recientemente sugirió que podría ser necesario hacerlo en Polonia. Mientras tanto, la ministra del Interior, Nancy Faeser, ha intensificado los controles aleatorios y ha destinado más agentes a patrullar los más de 1,000 kilómetros que separan a Alemania de sus vecinos del este.
Migración irregular, epicentro del debate
La controversia en torno a la migración irregular y la capacidad de acogida del país se ha convertido en un tema central del debate político sobre . Alemania está al borde de sus capacidades, con municipios que afirman no poder proporcionar alojamiento digno a los recién llegados, escuelas saturadas, un sistema de salud afectado por la sobrecarga y largas listas de espera para los cursos de alemán, que son fundamentales para la integración.
Esta crisis migratoria se produce en un momento en que el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha ganado impulso en las encuestas. Aunque existen varios factores que contribuyen a este aumento de popularidad, la creciente afluencia de solicitantes de asilo es uno de los principales catalizadores. Hasta finales de agosto, la Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF) registró más de 204,000 solicitudes iniciales de asilo, un aumento del 77% en comparación con el mismo período del año anterior. A esto se suma la llegada de más de un millón de ucranianos que buscan protección en Alemania debido a la guerra de agresión rusa, sin necesidad de solicitar asilo formalmente.
Tensión política
La nueva crisis migratoria está generando tensiones en todo el país y obligando a políticos y líderes a dar su opinión sobre esta cuestión espinosa. Incluso el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, normalmente moderado, reconoció la semana pasada que Alemania había alcanzado un «punto de quiebra» y pidió un refuerzo en los controles y la vigilancia en las fronteras exteriores.
El partido Los Verdes, que forma parte del Gobierno de coalición, ha sido acusado de bloquear medidas destinadas a clasificar a más países como seguros, lo que facilitaría la deportación de sus ciudadanos que no tienen derecho a asilo. La copresidenta de Los Verdes, Ricarda Lang, ha instado al Gobierno a «evitar que siga llegando más y más gente» y ha criticado a sus socios socialdemócratas por no hacer lo suficiente para repatriar a aquellos que no tienen un motivo válido para quedarse en Alemania.
La oposición democristiana también ha acusado al canciller Scholz de inacción y ha propuesto un pacto de Estado sobre política migratoria que podría modificar el sistema de asilo y establecer un límite máximo de solicitantes de asilo en 200,000 personas al año. Sin embargo, esta propuesta enfrenta desafíos legales y políticos.
Crisis recurrente en Alemania
Alemania se enfrenta a un gran problema de crisis migratoria que tendrá un impacto significativo en las próximas elecciones y en las relaciones políticas con la oposición. La posibilidad de establecer controles fronterizos representa un cambio importante, ya que pondría en tela de juicio el acuerdo de Schengen, que elimina los controles en las fronteras internas de la Unión Europea.
La situación también ha llevado a tensiones con Polonia, especialmente debido a un escándalo de venta de visados que ha aumentado la llegada de migrantes a Alemania. La preocupación por la inmigración y el auge de la extrema derecha están entrelazadas en el debate político alemán, y expertos instan a los políticos a mantener la templanza y evitar respuestas populistas.