¡Saldremos mejores! ¡La recuperación ya está aquí! Estas afirmaciones han sido pronunciadas por el Ejecutivo en los últimos tiempos, sobre todo a principio de cada mes, cuando se dan a conocer los datos del paro. Es cierto que la situación de desempleo en España es mucho mejor ahora que durante la pandemia, puesto que nos acercamos paulatinamente a los 20 millones de cotizantes, pero ni mucho menos el Gobierno puede sacar pecho.
La reforma laboral aprobada a principios de este 2022 va a fortalecer, según la impulsora, Yolanda Díaz, el empleo indefinido, una de las grandes lacras. No obstante está por ver si tendrá efecto en las elevadísimas cifras del paro. Si es cierto que en en 2022 la tasa de paro ha ido descendiendo poco a poco.
En el último trimestre de 2021 -últimos datos disponibles de este organismo-, según el INE, en España se contabilizaron 3.108.800 parados, lo que supone una tasa de desempleo del 13,33%, la más alta de Europa. Es cierto que la situación ha mejorado si nos comparamos con nosotros mismos –16,2% de tasa de paro en diciembre de 2020, según ‘Expansión’-, pero si observamos los principales países occidentales o, incluso, a nuestros vecinos, nuestros datos son sonrojantes.
Potencias como Estados Unidos y Alemania cerraron 2021 con una tasa de desempleo inferior al 5%, según Eurostat, mientras que otros países europeos como Francia, Italia o Portugal están por debajo del 10%. Aun Grecia, un estado que sufrió y de qué manera la crisis financiera de 2008 tiene una tasa de paro inferior a la española (12,8%), aunque en los datos de febrero de 2022 -último mes con datos de desempleo disponibles de ambos países en la fuente consultada- la tasa de paro en España es unas décimas inferior.
El empleo estacional, la dependencia del turismo, la falta de industria y la economía sumergida son el principal freno para construir un mercado laboral solvente y donde todo el mundo tenga espacio.
El sufrimiento de los jóvenes
Los jóvenes serán quienes saquen adelante al país en los próximos años y quienes se encargarán de pagar las pensiones de los actuales adultos. No obstante, si la tasa de paro general en España es elevada, la juvenil es un escándalo, sobre todo en comparación con el resto de países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). El 31,3% de los españoles menores de 25 años están sin contrato de trabajo, el doble que la media de la Unión Europea (UE), 14,9%, según Eurostat.
La consecuencia principal es que estas jóvenes promesas desencantadas se marchen del país, produciéndose la conocida como ‘fuga de cerebros’. Sobre todo si en países como Estados Unidos, Alemania o Francia la tasa de desempleo juvenil es inferior al 20% y los sueldos son más altos. Es cierto que en el sur de Europa, así como Italia o Grecia, el desempleo juvenil es también muy elevado; pero España está, según los datos de distintos organismos públicos y privados, a la cabeza de Europa también en el paro juvenil.
Hemos escuchado a la ministra de empleo, Yolanda Díaz, y a todo el Ejecutivo al unísono celebrar la mejoría en el mercado de trabajo. Sin embargo, a la luz de los datos, España está todavía lejos de terminar con el principal problema endémico del país: el desempleo. En pocos días, nada más entrar mayo, habrá una nueva actualización mensual de los datos de empleo. La tendencia es descendente, así que habrá fuegos artificiales, pero la realidad es que no hay ningún país europeo con peores datos en este ámbito tan importante de la economía y del bienestar de un país.
