Una explosión coordinada en Líbano ha causado la muerte de al menos nueve personas y dejado a 2.800 heridas, entre ellas un número indeterminado de miembros de Hezbolá. Las explosiones, que ocurrieron de manera simultánea este martes en varias partes del país, afectaron los dispositivos de búsqueda que utilizaba la milicia chií para sus comunicaciones. Entre las víctimas se encuentran dos miembros de Hezbolá y una niña de 10 años. La milicia libanesa ha acusado «plenamente» a Israel de la operación, que consideran una de las mayores brechas de seguridad en sus cuatro décadas de historia, y ha prometido un «justo castigo».
Las explosiones, que comenzaron alrededor de las 16:00 hora local, afectaron áreas claves de Hezbolá, como Dahiye, en las afueras de Beirut, y otras partes del sur de Líbano. Las redes sociales se llenaron rápidamente de imágenes de personas heridas y ensangrentadas. Además, el Ministerio de Sanidad libanés informó que 200 de los heridos se encuentran en estado grave, y los hospitales del país colapsaron ante la llegada masiva de víctimas. Entre los afectados se cuenta el embajador de Irán en Líbano, Mojtaba Amani, quien resultó herido levemente.
Hezbolá apunta a Israel
Aunque en un principio Hezbolá evitó señalar a Israel por la explosión simultánea de buscas, horas después del ataque lo responsabilizó tras una «investigación en profundidad» realizada por sus servicios especializados en Líbano. El ataque es considerado una operación del Mosad, los servicios secretos israelíes, y forma parte de la guerra de desgaste que ambos bandos mantienen desde hace casi un año. Esta escalada eleva aún más las tensiones entre Israel y Hezbolá, con la milicia prometiendo represalias en formas que «espera y que no espera».
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Líbano ha calificado las explosiones como una «escalada peligrosa y deliberada» por parte de Israel, que según afirman, ha realizado amenazas previas sobre la posibilidad de expandir el conflicto a gran escala. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha añadido un nuevo objetivo bélico: el retorno seguro de los desplazados israelíes en la frontera con Líbano. Netanyahu y otros altos mandos de seguridad se han reunido en Tel Aviv para evaluar la situación y planificar su respuesta ante la posible represalia de Hezbolá.
El portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Matthew Miller, afirmó que su país no estuvo involucrado en las explosiones y que se encuentran recopilando información sobre el incidente. Mientras tanto, la situación sigue siendo tensa, con la región al borde de una escalada mayor en el conflicto.