Pere Aragonès, el presidente en funciones de la Generalitat y coordinador nacional de Esquerra Republicana (ERC), ha anunciado su retiro de la política activa tras la debacle electoral sufrida por su partido el 12 de mayo. Aragonès, quien no recogerá su acta de diputado, ha declarado que ERC se convertirá en un «elemento de desbloqueo», pasando a la oposición en el Parlament.
En una emotiva rueda de prensa en la sede del partido en Barcelona, Aragonès ha asumido la máxima responsabilidad por los resultados electorales, marcados por la pérdida de 13 diputados. Ha expresado su compromiso de reorientar la formación política, que ha encadenado tres fiascos electorales consecutivos.
Aunque ha confirmado que ERC se situará en la oposición, Aragonès no ha aclarado cómo afectará esto a la investidura en el Parlament. Ha afirmado que su partido no facilitará la investidura del Partido Socialista ni participará en acuerdos con Junts y PSC. Sin embargo, ha mencionado que la oposición de ERC podría servir como un «elemento de desbloqueo».
El anuncio de Aragonès ha generado incertidumbre sobre el futuro de la legislatura, especialmente porque tanto Salvador Illa del PSC como Carles Puigdemont de Junts han expresado su intención de presentarse a la investidura, donde los votos de ERC son cruciales. Mientras el PSC aboga por un tripartito con los Comuns, Puigdemont busca un Gobierno en minoría independentista.
Aragonès ha comparecido en solitario, destacando su decisión como un acto de responsabilidad y honestidad. Aunque defiende su gestión al frente de la Generalitat, reconoce el desafío electoral y señala que la historia juzgará su legado.