Una presión a la que se ha sumado, entre otros, España, que votaba contra el régimen chavista. Con 23 votos a favor, 7 en contra y 17 abstenciones, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobaba en Ginebra por primera vez una dura resolución sobre la crisis humanitaria que sufre Venezuela.
En el texto se incluye la “más profunda preocupación por las graves violaciones de los derechos humanos en el contexto de una crisis política, económica, social y humanitaria”. Además, la ONU ha encargado a la Alta Comisionada, la expresidenta de Chile Michele Bachelet, que realice un informe exhaustivo para analizar la situación de los derechos humanos en el país venezolano.
La ONU también insiste a Venezuela para que “acepte la asistencia humanitaria”. Una manera, aseguran, de hacer frente a la escasez de alimentos y medicamentos. Algo que ha llevado a la malnutrición y a brotes de enfermedades que habían quedado erradicadas.
Entre los países que votaron contra el Gobierno de Maduro están Brasil, Chile, Ecuador, México, Panamá o Perú.
La negación de Maduro
Maduro volvía a hacer de la negación su discurso. El miércoles, en la Asamblea de la ONU, negaba que exista una crisis migratoria en el país. Y volvió a denunciar la supuesta agresión que sufre su Gobierno.
Aunque Maduro viajó a Nueva York para enfrentarse a las críticas internacionales, la presión es cada vez mayor.
En la resolución de la ONU, sólo Cuba, China, Burundi, Egipto, República Democrática del Congo y Pakistán apoyaron al Gobierno de Maduro. Todos ellos, precisamente, célebres por sus pésimos récords en violación de derechos humanos.