Se llamaba Fernando Albán y era concejal. Detenido y acusado de atentar contra el presidente Nicolás Maduro, moría en la sede del Servicio de Inteligencia venezolano. Aunque la primera hipótesis es la del suicidio, su partido, Primero Justicia (PJ) ha denunciado un asesinato. La investigación está ya abierta.
El fiscal general Tarek Saab ha indicado que Albán fue encarcelado el pasado viernes al llegar a Venezuela. Provenía de EEUU y se suicidó lanzándose desde el décimo piso de la sede del Servicio de Inteligencia, en el centro de Caracas. Justo en el momento en que iba a ser trasladado a tribunales.
Según el fiscal, Albán solicitó ir al baño y “estando allí se lanzó al vacío”. “Las causas por lo que lo hizo vamos a esclarecerlas en todas sus magnitudes”, añadió. Al tiempo, designó a “dos fiscales nacionales” para abrir una “exhaustiva investigación”.
Sin embargo, el ministro de Interior, Néstor Reverol, señalaba en Twitter que Albán se encontraba “en la sala de espera” de la sede “y se lanzó por una ventana de las instalaciones, cayendo al vacío”. Además, aseguró que un “equipo multidisciplinario” adelanta la investigación “conjuntamente con el Ministerio Público para esclarecer este lamentable suceso”.
Suicidio misterioso
Por su parte, el partido Primero Justicia ha rechazo de plano la hipótesis del suicidio. Alegan que era el concejal era una persona “de profundos valores cristianos”. Por lo que aseguran que el político fue “asesinado en manos del régimen de Nicolás Maduro”.
La organización ha exigido “la verdad de las cosas” y ha señalado que “esta dolorosa situación demuestra lo peor de la dictadura”. Que no es otra que un “sistema de muerte que penetra en la conciencia de quienes defendemos la libertad en Venezuela”.
