Tras una serie de tensiones relacionadas con el plan de Doñana y una amnistía para agricultores ilegales, un acuerdo entre la vicepresidenta Tercera del Gobierno, Teresa Ribera, y el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha logrado superar la crisis sobre el Parque Nacional. Este jueves, ambos políticos han firmado un compromiso para enfrentar la sequía en Andalucía, proponiendo medidas de emergencia y a largo plazo para garantizar el suministro de agua.
El desacuerdo inicial surgió tras la inclusión, por parte del Gobierno andaluz, de una amnistía en un megadecreto para agricultores que realizaron plantaciones ilegales. Sin embargo, tras una revisión y nueva redacción de los puntos conflictivos del decreto, se ha alcanzado un consenso que permite avanzar en el proyecto conjunto para Doñana y otras iniciativas hídricas.
El plan abarca desde la digitalización para controlar el ciclo del agua y prevenir fugas, hasta la inversión en infraestructuras de desalación y la posible importación de agua por barco. Ribera ha anunciado la intención del Gobierno de cubrir los costos de desalación y Moreno ha indicado que la Junta asumiría el coste del transporte marítimo, estimado en cinco millones de euros mensuales, durante cuatro meses en caso de extrema necesidad en Doñana.
Además, se ha establecido un compromiso para reuniones semanales entre equipos técnicos de ambas administraciones, con el fin de monitorear el progreso de las medidas acordadas y planificar futuras acciones. Este acuerdo se presenta como un esfuerzo conjunto para afrontar no solo la situación inmediata de escasez de agua, sino también para preparar a la región para los efectos a largo plazo del cambio climático.
Sequía persistente
A pesar de las recientes lluvias, que han aliviado en parte la situación de los embalses, Andalucía sigue enfrentando restricciones significativas en el consumo de agua, afectando a más de medio millón de personas. La situación ha generado una demanda urgente de soluciones permanentes que eviten depender de soluciones temporales como el suministro de agua en garrafas y camiones cisterna.
Este acuerdo refleja una colaboración estrecha entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía, buscando no solo resolver una crisis puntual sino también avanzar hacia una gestión sostenible y a largo plazo de los recursos hídricos de la región, en un contexto de cambio climático que anticipa sequías más frecuentes y prolongadas.