El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición y presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, han protagonizado una nueva acalorada sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. La corrupción, de nuevo en el centro del debate parlamentario, fue el motivo del intercambio de acusaciones entre Sánchez y Feijóo relacionadas con la corrupción, que apuntan durante las últimas semanas a las filas socialistas.
Feijóo acusó a Sánchez de liderar un gobierno bajo sospecha de corrupción, declarando que “La Moncloa está investigada por corrupción”. Sánchez no tardó en contraatacar, desestimando las acusaciones y afirmando que “ni mil paladas de fango van a tapar los gobiernos de la vergüenza del PP con Vox”. En su réplica, Sánchez enfatizó que Feijóo «va listo» si cree que lo va a quebrar con esas acusaciones.
El presidente del Gobierno aprovechó para echar en cara a Feijóo la reciente visita de Santiago Abascal, líder de Vox, a Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel. Según Sánchez, Abascal estuvo «animándole a continuar con los bombardeos en Gaza», un acto que Sánchez calificó de vergonzoso y que, según él, refleja la alianza del PP con Vox.
Feijóo no se quedó atrás y criticó duramente a Sánchez por intentar desviar la atención de las investigaciones de corrupción que afectan a su gobierno. «La estrategia de Sánchez es clara: acusar a otros para no responder por sus propios actos. Pero los ciudadanos merecen saber la verdad sobre lo que ocurre en La Moncloa», aseveró el líder del Partido Popular. Feijóo también cuestionó la integridad del gobierno actual, insinuando que existen más casos de corrupción que aún no han salido a la luz.