El presidente ruso, Vladimir Putin, utilizó el Día de la Victoria, un importante hito conmemorativo que marca la victoria de la URSS sobre Alemania en la Segunda Guerra Mundial, para reafirmar su postura hacia la ofensiva en curso contra Ucrania y lanzar acusaciones contra Occidente.
En el 78º aniversario de la capitulación nazi, Putin aseveró a los rusos que su país está rodeado de enemigos que buscan su colapso y destrucción. «Su objetivo es lograr el colapso y la destrucción de nuestro país, borrar los resultados de la Segunda Guerra Mundial, y finalmente resquebrajar el sistema de seguridad global y el derecho internacional, estrangular cualquier centro de desarrollo soberano», afirmó Putin frente a las tropas.
El presidente ruso aseguró durante su discurso que cuenta con el apoyo unánime de los rusos en la invasión de Ucrania. Sin embargo, las calles de Moscú, vacías de gente pero llenas de policías, no reflejaban la misma imagen de unión.
«No hay pueblos hostiles ni en Occidente ni en Oriente».
Las bajas en la guerra en Ucrania son considerables. Según la inteligencia estadounidense, desde el inicio de la invasión, Rusia ha sufrido entre 189.500 y 223.000 bajas, incluyendo entre 35.500 y 43.000 muertes.
En su discurso, Putin también afirmó que para Rusia «no hay pueblos hostiles ni en Occidente ni en Oriente», tras señalar que su país es el objetivo de una supuesta conspiración de rusofobia internacional. «Como la mayor parte de la gente del planeta, queremos ver un futuro de paz, libertad y estabilidad», dijo.
Sin embargo, las acusaciones de Putin a Occidente y la falta de apoyo popular visible en Moscú durante el Día de la Victoria contrastan con la realidad de las bajas y la duración del conflicto en Ucrania.