Bajo este contexto, el Hospital Ruber Internacional ha celebrado recientemente la I Reunión Multidisciplinar de Uro-Oncología. Avances en Oncología, que reunió en un foro de esta magnitud a expertos de las tres especialidades relacionadas con el cáncer génitourinario (urólogos, oncólogos y radioterapéutas) para tratar los últimos avances en el cáncer de próstata, vejiga y riñón, desde un enfoque multidisciplinar. La jornada, dirigida por los doctores Antonio Allona Almagro, jefe de la Unidad de Urología del Hospital Ruber Internacional, y Alberto Pérez-Lanzac, urólogo de la Unidad, ha analizado también el papel que juega actualmente la robótica en la prostatectomía radical o los avances terapéuticos en el cáncer de próstata avanzado y metastásico, entre otros tópicos.
El presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica (SEOM) y director médico de IOB Institute of Oncology, doctor Josep Tabernero, explicó que la inmunoterapia había supuesto una revolución en el tratamiento del cáncer; “hoy en día hacemos mejores estudios clínicos y todavía nos queda por ver las avances en inmunoterapia para aquellos tumores que no han reconocido al sistema inmune.”
De todos es sabida la importancia del carcinoma de próstata, el segundo tumor con más incidencia en España, por detrás del de colon, y el primero en hombres. Una de las claves de su diagnóstico es verificar los niveles de una proteína llamada antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés). Sin embargo, según señala el urólogo Alberto Pérez-Lanzac, el PSA es un marcador relativamente fiable y poco específico para la identificación y estratificación del cáncer de próstata. Frente a este problema, el doctor destaca el papel importante de la mejora en los biomarcadores. “Los biomarcadores impactan en el proceso de toma de decisiones, permiten un mejor diagnóstico y la elección del mejor tratamiento”.
El Dr. Fernando Herráiz, del Departamento de Diagnóstico por Imagen del Hospital Ruber Internacional, revisó el papel crucial de la Resonancia Magnética Multiparamétrica de próstata, para sospechar presencia de cáncer, y su utilidad para la realización de una biopsia de alta calidad, la de fusión, con toma de muestras selectivas de las zonas sospechosas.
El cáncer de próstata, al igual que el resto de los tumores, puede diseminarse. Afortunadamente, existen diferentes pruebas diagnósticas para la detección de posibles metástasis, entre ellas la gammagrafía ósea. Mediante la Medicina Nuclear realizamos diagnósticos y tratamientos con la utilización de radiofármacos (fármacos unidos a un isótopo radioactivo). De acuerdo con el doctor del servicio de Medicina Nuclear del Hospital Ruber Internacional, José Boán “las metástasis óseas son un nicho de células tumorales que van creciendo a lo largo del tiempo, con claras opciones de tratamiento, aunque limitadas; esto se agrava aún más en casos de afectación visceral, sobre todo en hígado o pulmón”. El PET-TC con 18F-colina (fluorocolina) sigue teniendo un “papel importante” para el estudio de metástasis óseas no viscerales, aunque la mejor metodología actual para el estadiaje del cáncer de próstata es el PET-TC Ga PSMA.
La cirugía sigue siendo una de las mejores opciones de tratamiento disponibles hoy en día. Una de las técnicas quirúrgicas más frecuentemente realizada es la prostatectomía radical (la extirpación total de la próstata y parte del tejido circundante). Hoy en día, la realización de esta cirugía por vía laparoscópica con la asistencia del Robot Da Vinci es la técnica que ofrece mejores resultados y menos secuelas.
El cirujano del Hospital Ruber Internacional, Antonio Allona, acumula 13 años de experiencia en el uso de la prostatectomía radical robótica, desde que esta tecnología se incorporó al Hospital Ruber Internacional en 2006.
El cáncer de próstata puede reaparecer tras la cirugía radical, de forma que entre el 10 y el 40% de los pacientes van a sufrir una recidiva o recaída bioquímica (elevación de los niveles de PSA). Según afirma la oncóloga radioterápica del Hospital Ruber Internacional, la Dra. Aurora Rodríguez, “prácticamente dos tercios de estos pacientes, si no se someten a tratamiento, desarrollaran metástasis en los siguientes 8 años y la supervivencia en este escenario será menor de 5 años”. Si la recidiva bioquímica es local, la mejor opción curativa disponible es el uso de la radioterapia de rescate. “La radioterapia de rescate -explica Aurora Rodríguez- es la que administramos sobre el lecho de la próstata cuando estamos ante un PSA detectable”. Otra aplicación de la radioterapia es su uso como adyuvante, esto es, iniciar la radioterapia inmediatamente después del tratamiento primario quirúrgico. Algunos pacientes van a recidivar después de la radioterapia de rescate o adyuvante; la combinación de radioterapia y hormonoterapia puede aumentar la supervivencia global y la libre de metástasis”.
En casos avanzados de cáncer de próstata, la hormonoterapia a veces deja de funcionar. Para los casos de carcinoma de próstata resistentes a la castración, no metastásicos, los ensayos clínicos Spartan, Prosper y Aramis han puesto a prueba la eficacia de nuevos y diferentes fármacos: Apalutamida, Enzalutamida y Darolutamida, respectivamente. “Con estos inhibidores -según explica el oncólogo de IOB del Hospital Ruber Internacional, Javier Román, – del receptor de andrógenos hemos conseguido mejorar la supervivencia libre de metástasis. Parece que Darolutamida, el fármaco más nuevo, va a abrir un campo de menos toxicidad y más eficacia para estos pacientes”.
Más allá de esto, los pacientes que hayan desarrollado oligometástasis (cinco o menos metástasis) también disponen de opciones de tratamiento con intención curativa. El cáncer oligometástasico -según indica el urólogo del Hospital Ruber Internacional, Alberto Pérez-Lanzac- “es una entidad en la que el cáncer es menos agresivo que cuando es polimetastásico, diseminado. Todavía no tiene su potencial ofensivo completamente desarrollado y se puede dar una opción curativa al enfermo”.
La cirugía de rescate ha demostrado, según el doctor Pérez-Lanzac, mejores resultados en el tumor primario y la radioterapia estereotáctica (SBRT), sobre las metástasis. “En el Ruber Internacional hemos conseguido supervivencias superiores al 85% a cinco años en estos pacientes”.