El candidato de Vox a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, ha afirmado este lunes que «de manera rotunda» los resultados electorales en esta comunidad indican que su partido tiene «el derecho y la obligación de integrar el Gobierno de Castilla y León», y ha anunciado que pedirá la derogación de la normativa autonómica contra la violencia de género y sobre memoria histórica.
«Ni más ni menos que otros partidos», ha expresado García-Gallardo en una comparecencia ante los medios en la que ha reivindicado un «cambio de rumbo» en Castilla y León, y ha recordado que en la anterior legislatura Ciudadanos accedió al Gobierno -con una vicepresidencia y tres consejerías– con un resultado inferior al suyo.
Exigen tener el papel de Ciudadanos en la anterior legislatura
Sobre sus exigencias en la negociación que espera con el PP, el candidato de Vox ha anunciado que dos de las exigencias que planteará en la negociación será derogar «en el minuto uno» normativas «de izquierdas», como la ley autonómica contra la violencia de género y el decreto que regula la Memoria Histórica en esta comunidad.
Ha descartado hablar en este momento de acuerdos sobre cargos pero lo hará sobre los programas, con alusiones a la fiscalidad, la política de natalidad y a las reivindicaciones de las plataformas de la España Vaciada que ha visto legítimas.
Tumbar la legislación de izquierdas
«Vox solo va a integrar un gobierno para cambiar el rumbo de Castilla y León», ha dicho en varias ocasiones García-Gallardo, quien ha querido dejar claro así que cualquier negociación pasará por hablar de «derogar toda la legislación de izquierdas».
García-Gallardo ha insistido en el mensaje lanzado por el líder nacional de Vox, Santiago Abascal, y ha asegurado que va a hacer exactamente lo que han prometido desde el principio de la campaña, que es «usar los votos de estos 200.000 votantes para cambiar el rumbo en Castilla y León».
En este sentido ha afirmado que están «abiertos» a negociar con el PP, aunque ha lamentado que Alfonso Fernández Mañueco aún no le haya llamado y haya preferido hablar antes con el PSOE, a la vez que ha avisado de que no hablarán con la dirección nacional de los populares al entender que las conversaciones deben desarrollarse entre los líderes autonómicos.
Ante la posibilidad de que el PP negocie una abstención con el PSOE para facilitar la investidura de Fernández Mañueco, el dirigente de Vox ha afirmado que el partido de Pablo Casado tiene que actuar con responsabilidad y le ha advertido de que si llega a un acuerdo con PSOE «tendrá que asumir las consecuencias de una decisión de esa índole», que, en su opinión, es «lo que la base social del PP no quiere».
No habrá abstención de Vox
Ha asegurado que llevarán la negociación «con firmeza» haciendo valer los votos que han obtenido pero también con «flexibilidad», conscientes de que solo tienen el 17,6 % de la representación y no pueden «imponer» todo su programa ni «ocupar todos los puestos de nuestro gobierno».
En cualquier caso, ha insistido en que no se van a abstener para facilitar la investidura de Fernández Mañueco y que no van a regalar sus votos al PP porque «no han venido a ser la muleta de nadie».
Por último, García-Gallardo ha reiterado que se sentarán con todas las plataformas provinciales, incluidas las que no han obtenido representación «porque sus reivindicaciones son justas».