Uno de los síntomas más frecuentes de los pacientes positivos en Covid-19 es la pérdida el sentido del olfato o del gusto, efectos conocidos como anosmia y ageusia. Aunque muchos lo recuperan al superar la enfermedad, a otros les están quedando secuelas, como por ejemplo la distorsión de algunos olores y los sabores, efecto denominado parosmia.
Los enfermos de Covid-19 pueden perder el olfato debido a que el virus daña los nervios terminales de la nariz. Y cuando esos nervios se regeneran, a veces el cerebro es incapaz de identificar correctamente el olor de algo, y es cuando se produce la parosmia, habitual en resfriados comunes, sinusits o lesiones en la cabeza.
El 90 por ciento de los pacientes que han perdido el olfato y el gusto lo recuperan antes de un mes
La BBC recoge algunos casos de pacientes que han sufrido parosmia tras superar el coronavirus. Pasquale Hester, sentía que la pasta de dientes tenía un gusto químico demasiado fuerte. Cuando pidió curry en restaurante no pudo comer «porque sabía a pintura». Él mismo nada que «algunas cosas se toleran mejor. El café, el ajo y la cebolla son lo peor. Puedo comer judías verdes y queso. Lo que me está pasando me afecta. No se lo desearía ni al peor enemigo»
Aunque el 90% de los pacientes contagiados del SARS-CoV-2 que han perdido el olfato y el gusto lo recuperan antes de un mes de forma espontánea, en algunos casos no lo hacen de manera completa y en otros presentan parosmia, «una alteración cualitativa del olfato por la cual perciben un olor de manera diferente del recuerdo que tenían para dicho estímulo». Así lo explica Pablo Sarrió, otorrinolaringólogo y responsable de la Unidad de Olfato en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid para el periódico El Mundo.
Alucinaciones olfativas
«Un paciente te dice que el café antes le olía a café y ahora ya no. Ahora le huele a algo completamente distinto (a otra cosa o, como es lo más habitual, le huele a algo completamente nuevo)«, comenta Pablo Sarrió. El experto también advierte: «No hay que confundirlo con la alucinación olfativa ni con la fantosmia (cuando esa alucinación olfativa perdura en el tiempo). En este caso, el paciente puede percibir un olor continuado sin ningún estímulo odorante real. Es decir, el paciente comenta que está expuesto continuamente a un olor que puede ser, por ejemplo, olor a quemado, pero no existe ese olor como tal: sólo lo percibe él en su cerebro».
Claire Hopkins, presidenta de la Sociedad Rinológica Británica, afirma que existe una «creencia incorrecta generalizada» de que la pérdida de olfato por el coronavirus es a corto plazo. La experta explica que «Sí, hay una gran probabilidad de recuperación, pero también muchas personas que perderán este sentido por un período largo de tiempo y ese impacto se está infravalorando».