La vicepresidenta tercera española y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha viajado este miércoles 27 de octubre a Argelia, cuatro días antes de que expire el contrato para el suministro de gas a través del Gasoducto Magreb-Europa (GME), uno de los dos que surten a España y a Europa.
Según fuentes diplomáticas, se trata de una visita oficial ya prevista que tiene como objetivo continuar con la colaboración en todos los sectores energéticos, desde los hidrocarburos a las energías renovables.
El Gobierno confía en que Argelia mantenga invariable el suministro de gas a España
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, viajó a Argel el pasado 30 de septiembre y dijo haber obtenido garantías de Argel de que mantendrá inalterado el suministro de gas a España aunque el próximo 31 de octubre deje de utilizar el GME por su conflicto diplomático con Marruecos.
Días después, fue el propio presidente argelino, Abdelmedjid Tebboune, el que confirmó el cierre del grifo del GME aunque sin aclarar que ocurrirá con el contrato, cuyo destino está en el aire desde que en agosto pasado Argelia rompiera sus relaciones con Marruecos.
El gasoducto, construido a finales del pasado siglo gracias a la colaboración entre la española Enagas y la sociedad nacional argelina de hidrocarburos Sonatrach, enviaba cada año más de 8.000 millones de pies cúbicos de gas a España a través de un tubería de 1.400 kilómetros que arranca en el corazón del desierto argelino, penetra en territorio marroquí y se sumerge en el estrecho de Gibraltar.
Incertidumbre con las consecuencias del divorcio de Argelia con el GME
El presidente argelino subrayó también que el suministro se hará a través del gasoducto de Medgaz, que une directamente el desierto de Argelia y la costa de Almería, en España.
Analistas y expertos han expresado sus dudas sobre cómo Argelia va a compensar las cantidades pactadas solo con Medgaz, que igualmente tiene una capacidad de 9.000 millones de metros cúbicos de gas, una cantidad que se prevé aumentar a solo hasta los 10.500 millones a finales de noviembre gracias a una acuerdo de colaboración entre Sonatrach y su socia española Naturgy.
Fuentes próximas al Ministerio de Petróleo de Argelia consultadas por Efe, que prefirieron no ser identificadas, aseguran que en el fondo de la cuestión está la inquietud del Gobierno argelino por la fluctuación de los precios de las energías, y en particular del gas, ya que los contratos firmados se hicieron con unos precios de mercado que no se corresponden con los actuales.
En España, existe la misma preocupación, ya que se teme que el fin del suministro a través de GME encarezca los costes de producción industrial y un aumento en el precio de la electricidad aún mayor.