Todo ha ocurrido en Doha (Qatar). Allí, los talibanes junto a Estados Unidos se han comprometido a hacer todo lo necesario por evitar que Afganistán se convierta en una plataforma para los terroristas internacionales. Ya sean grupos o individuos. Un punto muy importante para EE.UU ya que la contención de Estado Islámico y Al Qaeda es una de las principales exigencias de Washington.
Antes del encuentro, fuentes de la milicia afgana; Al Qaeda avanzó su pretensión. No es otra que las fuerzas extranjeras abandonen Afganistán en el plazo de 18 meses tras firmar un hipotético acuerdo.
Durante la reunión, el presidente ha eludido las conversaciones de Qatar entre EE UU y los insurgentes. Ghani se ha centrado en el asunto de las tropas extranjeras. Y es que el gobierno ha declarado su deseo porque la partida de las tropas estadounidenses se haga de acuerdo a un plan ordenado y consensuado.
Sin embargo, puestos a negociar, los talibanes se niegan a dialogar con el gobierno afgano puesto que consideran ilegítimos los gobiernos formados bajo la presencia de tropas extranjeras. Por eso, llegados al caso, los talibanes sólo negociarían con Estados Unidos.
Esta situación debilita a Ghani ya que carece de autoridad para decidir la salida de las fuerzas extranjeras. Además, esto empeora su imagen de cara a unas elecciones presidenciales anunciadas para el próximo julio, a las que ha presentado su candidatura.
¿Quién es Ashraf Ghani?
Ashraf Ghani, de talante moderado y dialogante, es el actual presidente de Afganistán. Ghani ha tendido la mano al grupo insurgente talibán desde la campaña electoral que le llevó a la presidencia en 2014. La última vez que el presidente ha instado a los talibanes a que entablen «conversaciones serias» con su Gobierno ha sido este mismo lunes.
«Hago un llamamiento a los talibanes a que muestren su voluntad afgana, acepten la exigencia de paz de los afganos y entablen conversaciones serias con el Gobierno afgano», ha manifestado Ghani.
El presidente de Afganistán es un antiguo funcionario del Banco Mundial que siempre ha defendido a los talibanes como parte de Afganistán. Por lo que según Ghani, los talibanes deben participar en la escena política renunciando a la violencia.
Una guerra de 17 años
Esta negociación se digiere como una evidencia de que Estados Unidos quiere cumplir con su promesa de reducir al máximo su presencia militar en Afganistán. Sin embargo, muchos alertan que puede ocurrir todo lo contrario.
Además, este acuerdo supone el primer avance tangible en casi una década de intentos por poner fin a la guerra. Una guerra que desató la intervención estadounidense de 2001. El castigo que recibieron los talibanes por los atentados del 11-S provocó su derrota política. Sin embargo, esto no fue suficiente para mitigar su belicosidad.
Desde entonces, el grupo no ha cesado en su lucha. Al Qaeda ha logrado recuperar el control de amplias zonas del país. Decenas de miles de muertos en atentados y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad es el resultado de su ira incesante.
La guerra en Afganistán es la más larga de la historia de EE.UU, en la cuál, Washington se ha gastado más de 900.000 millones de dólares. Pero sin duda, el dato más desagradable es que la contienda se ha cobrado la vida de 2.419 soldados estadounidenses.
Ahora y tras 17 años de conflicto armado, el Gobierno afgano controla alrededor de un 55% del territorio de Afganistán y los talibanes en torno al 11%. Mientras, el territorio sobrante está en disputa según datos del inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.
De momento, Khalilzad ha afirmado en Twitter que «nada está acordado hasta que todo esté acordado». Además, Khalilzad subraya la importancia de incluir un diálogo afgano y un alto el fuego general. Mientras tanto, el próximo encuentro entre el enviado estadounidense y los talibanes está previsto en menos de un mes. Concretamente, el próximo 25 de febrero. Y eso sí que está acordado.