El ministro británico de Sanidad, Matt Hancock, anunciaba este pasado lunes un tratamiento que reduce hasta un tercio la mortalidad de los pacientes con Covid-19. Se trata de aplicar dosis bajas de dexametasona. Reino Unido se posiciona así como uno de los países más prolíficos en investigación y ensayos para ganar al coronavirus.
En un comunicado, la Universidad de Oxford explicaba que este tratamiento con dexametasona forma parte del mayor experimento mundial para evaluar la efectividad de todos los tratamientos ya existentes. El medicamento «disminuyó el riesgo de muerte en un tercio», concluyen. Eso para pacientes con ventilación mecánica. Para aquellos con oxígeno, la mortalidad se reduce en una quinta parte.
Desde la universidad británica calculan que con este tratamiento, se podrían haber salvado hasta 5.000 vidas en el Reino Unido. El descubrimiento se ha producido durante el ensayo titulado Recovery, que arrancó en marzo. En él participaron un total de 11.500 pacientes de 175 hospitales del sistema británico de salud.
Dexametasona
La dexametasona es un fármaco barato y muy accesible. Por eso, de confirmarse su eficacia, sería un alivio para los países más pobres.
Se trata de un corticoesteroide que no actúa sobre el virus, sino que lo hace sobre el sistema inmune. Concretamente, se encarga de deprimirlo, mitigando así los efectos de la respuesta inmune desbocada que aparece en las últimas etapas de la enfermedad.
Habitualmente, la dexametasona se utiliza para aliviar las inflamaciones y tratar ciertas formas de artritis. También para trastornos de la piel, la sangre, el riñón, los ojos, las tiroides y los intestinos. Además, se recomienda en casos de alergias severas o asma y para ciertos tipos de cáncer de piel.