La participación en los históricos comicios que se celebraron este fin de semana en la que los chilenos escogieron a los 155 candidatos que redactarán una nueva Constitución fue del 43,3 %, por debajo de lo que esperaban los expertos, informó este lunes el Servicio Electoral (Servel).
No obstante, las candidaturas de ciudadanos independientes fueron las grandes vencedoras, contra todo pronóstico, obteniendo 48 de los 155 escaños.
“La ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje, tanto al Gobierno como a todas las fuerzas políticas tradicionales: no estamos sintonizando adecuadamente con sus demandas y anhelos”, apuntó Sebastián Piñera, presidente de Chile.
«Hicimos un mecanismo que resultó impecable, transparente para todo el mundo y que funcionó bien», señaló, sin embargo, el presidente del Servicio Electoral (Servel), Andrés Tagle.
La afluencia de votantes no llegó al mitad del padrón electoral, menos de 6,5 millones de personas, pese a tratarse de uno de los sufragios más importantes en los 31 años de democracia del país, en los que se eligió la composición del órgano que redactará la nueva Carta Magna, la primera que emana de un proceso democrático en toda la historia de Chile.
Derrota de los partidos de centroizquierda y derecha
La derecha, en cambio, no obtuvo ni un tercio de los asientos (37), el porcentaje que le otorgaría poder de influir en la discusión y vetar artículos, por lo que queda de manos atadas ante las mayorías que puedan alcanzar sobre determinados temas los constituyentes de la oposición de izquierdas (53 entre las dos listas que presentaron) y los independientes.
Desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012, ninguna elección ha superado el 50 % de participación -a excepción del plebiscito del pasado octubre, cuando sufragó el 50,9 %- y el suelo se registró en las municipales de 2016, cuando solo votó el 34,9 %.
El proceso culminará en 2022 con un plebiscito de salida para aprobar o rechazar finalmente el texto.
