El Gobierno de China ha sorprendido al mundo con la destitución de su ministro de Defensa, el general Li Shangfu, y la expulsión del excanciller del Consejo de Estado, Qin Gang, en un movimiento inesperado de reestructuración en la cúpula del país. Estas decisiones han sido tomadas en una reunión inusual del Comité Permanente de la Asamblea Nacional, donde se ratificó la revocación de ambos altos funcionarios, en un giro que ha dejado a muchos analistas desconcertados.
El ministro Li Shangfu, quien llevaba desaparecido desde su último discurso en Beijing el 29 de agosto, fue objeto de especulaciones persistentes. La noticia de su destitución, confirmada este martes 24 de octubre por la cadena estatal CCTV, ha generado un aluvión de interrogantes en torno a las razones de su salida.
En paralelo, la expulsión del excanciller Qin Gang, cuyo cese en julio ya había sorprendido a la esfera política, ha provocado especulaciones adicionales sobre las circunstancias que rodean estas decisiones. El presidente y secretario general del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, ha firmado la ratificación de la destitución de ambos funcionarios, lo que subraya el carácter contundente de estos cambios en la cúpula dirigente.
Más relevos
Además de estos movimientos, también recibieron destitución de sus cargos el ministro de Ciencia y Tecnología, Wang Zhigang, y el de Finanzas, Liu Kun, en medio de un proceso de reestructuración en curso en el seno del Gobierno chino.
El general Li Shangfu, de 65 años, ha estado bajo el escrutinio no solo por su ausencia prolongada en la vida pública, sino también por las recientes acusaciones de corrupción relacionadas con la adquisición de equipamiento militar. Reuters informó en septiembre que Li estaba bajo investigación, y funcionarios estadounidenses también señalaron presuntas actividades ilícitas en un artículo del Financial Times.
La destitución del ministro de Defensa Li, un funcionario considerado cercano al presidente de China, Xi Jinping, se suma a la lista de cambios drásticos en la estructura gubernamental china en los últimos meses, lo que indica una posible campaña de purga contra la corrupción y una reconfiguración estratégica en el liderazgo del país.
Ola de incertidumbre en el escenario político chino
Estas decisiones han generado una ola de incertidumbre en el escenario político chino y han despertado una serie de interrogantes sobre el futuro de la política interna y exterior del gigante asiático en un contexto geopolítico cada vez más tenso.
El mundo observa con atención cómo China aborda estos cambios internos mientras se prepara para recibir a una delegación estadounidense en un próximo foro de seguridad, lo que podría indicar posibles implicaciones para las relaciones bilaterales entre las dos potencias globales.