Las secuelas del ciclón ‘Daniel’ han dejado un rastro de destrucción en Libia, cobrándose la vida de más de 5,000 personas, según las últimas estimaciones. La catástrofe, que ha afectado principalmente a la ciudad costera de Derna, ha dejado a miles de personas desplazadas y una cantidad significativa de desaparecidos, lo que dificulta aún más el recuento de víctimas.
El ciclón ‘Daniel’ desencadenó intensas lluvias e inundaciones que causaron estragos en la región. Dos presas cercanas a Derna colapsaron bajo la presión de las precipitaciones, liberando grandes volúmenes de agua sobre la ciudad. Imágenes satelitales revelan la magnitud de la devastación, con un 20-25% de la urbe completamente arrasada.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha informado que más de 30,000 personas se encuentran desplazadas solo en Derna, mientras que la ciudad de Susa, también costera, ha quedado completamente aislada y en grave necesidad de ayuda humanitaria. La OIM también ha confirmado la trágica muerte de 250 egipcios en la zona más afectada por las inundaciones.
Capacidades limitadas en las autoridades locales
La respuesta de emergencia se ha visto ralentizada debido a las limitadas capacidades de las autoridades locales y organizaciones no gubernamentales, así como la destrucción de carreteras que dificultan el acceso a las áreas más afectadas y la interrupción de las comunicaciones en la región.
El cambio climático y el aumento de la temperatura en el Mediterráneo han sido señalados como factores que podrían haber contribuido a la intensidad del ciclón ‘Daniel’ y las lluvias torrenciales que lo acompañaron en Libia. Además, la situación política en el país, dividida en dos gobiernos rivales y sumida en una década de inestabilidad, ha dejado al país con infraestructuras precarias y servicios públicos insuficientes para hacer frente a fenómenos meteorológicos extremos como este.
El presidente del Consejo Presidencial de Libia, Mohamed al Menfi, ha solicitado ayuda a países vecinos y organizaciones internacionales, y la ONU ha asignado una partida excepcional de 9.3 millones de euros para asistir a Libia en esta crisis.
La tragedia en Libia es un recordatorio sombrío de los crecientes desafíos que enfrenta el mundo debido al cambio climático y la necesidad urgente de tomar medidas para mitigar sus efectos devastadores.