El reciente acuerdo alcanzado con el Kremlin, que concluye con la rebelión de Yevgueni Prigozhin y conlleva el desmantelamiento de su compañía de mercenarios Wagner, deja un futuro incierto para los operativos paramilitares que aún podrían continuar operando en el extranjero. Prigozhin, quien lideró la revuelta con sus mercenarios para mantener su poder y control sobre Wagner, permanece en silencio sobre el acuerdo que puso fin a la rebelión.
El Kremlin, por otro lado, ha prometido que los contratistas que no participaron en el intento de asonada podrán unirse a las filas del ejército regular. Esta decisión implica el desmantelamiento de Wagner en Rusia, una aspiración del ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, quien ha tenido una rivalidad histórica con Prigozhin.
Incertidumbres del desmantelamiento y el futuro de Wagner en el extranjero
No está claro cuántos mercenarios se unirán a las filas regulares, y si lo hacen, quién los liderará. Igualmente, permanece la incertidumbre sobre el futuro de la empresa en países como Sudán, Libia, Malí y la República Centroafricana, donde Wagner no solo trabaja en favor de los regímenes afines a Moscú, sino también para proteger los intereses rusos en empresas y yacimientos, un negocio que también genera enormes beneficios para Prigozhin.
Combatientes de Wagner abandonaban el Distrito Militar del Sur en Rostov del Don para regresar a la base. «Es difícil pensar que Wagner pueda desaparecer de un día para otro en África», señala Enrica Picco, directora para África Central de la organización Crisis Group.
El papel clave de Wagner en la invasión rusa en Ucrania
El papel de Wagner no ha sido menor en la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania. La organización de mercenarios ha liderado algunas de las ofensivas más efectivas de Rusia en Ucrania, durante las cuales Prigozhin elevó su figura y su poder a través de tácticas brutales y el reclutamiento en prisiones rusas. “Es posible que Prigozhin haya cruzado una línea, pero aún es pronto para suponer que sea una ruptura total con Vladimir Putin”, opina Angela Stent, profesora en la Universidad de Georgetown.
El grupo Wagner (oficialmente PMC Wagner) fue identificado por primera vez en 2014, cuando entró en combate para apoyar a las fuerzas separatistas del este de Ucrania impulsadas, apoyadas y alimentadas por el Kremlin. Este grupo secreto ha operado con unos 5,000 mercenarios en países de Oriente Próximo y África, actuando como los soldados secretos del régimen de Putin en estos territorios, e incluso en Venezuela.
El brazo armado oficioso de Rusia en África
En el continente africano, resulta aún más complejo prever el futuro de Wagner. En países como la República Centroafricana, el grupo ha ejercido un papel crucial en la protección de los intereses de Moscú, apoyando a los regímenes afines y explotando los recursos naturales.
Asimismo, en los países africanos donde los mercenarios rusos han estado presentes, el nombre de Wagner rara vez aparece más allá de las pancartas de las manifestaciones prorrusas o en los medios de comunicación locales. Sin embargo, la influencia de Wagner en estos países es evidente a través de la prestación de servicios de seguridad y la explotación de recursos minerales por empresas bajo su sombra, registradas en los países africanos.
Wagner en el Sahel
En cuanto a la región del Sahel, Malí se ha convertido en el pilar de la presencia de Wagner, donde la empresa de seguridad privada rusa goza del respaldo de la junta golpista comandada por Assimi Goïta y el apoyo de gran parte de la población. Pese a los informes que vinculan a los mercenarios con la muerte de 500 civiles en una operación antiyihadista en el centro del país, los hombres de Prigozhin se han hecho fuertes mientras Francia se retira y la ONU empieza a cuestionar su propia presencia.