La Casa de Windsor ha emitido un comunicado oficial donde afirma que “Enrique, Meghan y Archie siempre serán unos miembros muy queridos”. Estas palabras llegan tras la polémica entrevista en la que los duques de Sussex acusaron de racismo a parte de la familia real. Un escándalo que amenaza con sumir a la monarquía en su peor crisis en décadas.

El comunicado –con cinco líneas de longitud–, ha destacado en su inicio “la tristeza de toda la familia al conocer en toda su amplitud lo desafiantes que resultaron los últimos años para Enrique y Meghan. Además, la Casa Real Británica ha prometido que el asunto será tratado de “forma privada por la familia y tomado muy en serio”.
Isabel II ha tenido que afrontar muchos escándalos con su familia en sus casi 70 años de reinado, como la crisis matrimonial de los príncipes de Gales en 1992, pero la polémica en torno a los duques de Sussex va más allá de asperezas familiares al abordar el racismo.
El comunicado sigue: “Los asuntos suscitados, en particular el relativo a la raza, son muy preocupantes. Aunque los recuerdos sobre lo ocurrido pueden variar, nos los tomamos muy en serio y serán abordados por la familia de modo privado. Enrique, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de esta familia”.
Meghan Markle, que es mestiza, se sintió víctima de continuos ataques racistas por parte los tabloides sensacionalistas y de una monarquía demasiada encorsetada para el siglo XXI pero que representa a varios países de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth) con poblaciones de distintas razas.
Algunos periódicos comparan esta crisis con la abdicación del rey Eduardo VIII en diciembre de 1936, para casarse con la divorciada estadounidense Wallis Simpson, en lo que supuso el punto más bajo de una institución con más de mil años de historia.
