Al menos 78 migrantes murieron tras el naufragio de un barco pesquero en las costas del sur de Grecia, en lo que se considera la peor tragedia de este tipo en lo que va de año. Se cree que cientos de personas pudieron haber estado a bordo, indicaron las autoridades griegas y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El incidente ocurrió a unos 80 km al suroeste de Pylos. A pesar de las acciones de rescate, no está claro cuántas personas viajaban en la embarcación, y el número de posibles desaparecidos puede ser considerable. La OIM tuiteó que «es posible que se hayan perdido más vidas. Los informes iniciales indican que había hasta 400 personas a bordo».
El barco, identificado por un avión de la agencia fronteriza de la UE, Frontex, se encontraba en aguas internacionales. A pesar de la oferta de ayuda, los pasajeros se negaron a aceptarla y, lamentablemente, ninguno de ellos llevaba chalecos salvavidas. Pocas horas después, la embarcación volcó y se hundió.
Difíciles condiciones climáticas
El naufragio de los migrantes desencadenó una masiva operación de búsqueda y rescate, agravada por las difíciles condiciones climáticas. Más de 100 sobrevivientes han sido rescatados y atendidos en un centro de refugio temporal en la ciudad de Kalamata, Grecia.
El barco, que partió de Libia con destino a Italia, transportaba en su mayoría a hombres de unos 20 años. Aún no se han dado a conocer las nacionalidades de las víctimas.
Este suceso ocurre en un contexto donde Grecia, una de las principales rutas de entrada a la UE para refugiados y migrantes procedentes de Medio Oriente, Asia y África, ha recibido críticas internacionales por su manejo de la crisis migratoria. La ONU estima que más de 70.000 refugiados y migrantes han llegado a los países de primera línea migratoria de Europa este año, la mayoría a Italia.