El canciller de la República Federal de Alemania, Olaf Scholz, visita China en un intento de acercamiento a China. De hecho, el encuentro del canciller alemán con el presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, se convierte en la primera visita al país asiático de un líder del G7 desde la pandemia de Covid-19.
En el encuentro, Xi instó a reforzar la cooperación económica con Alemania y dijo que los países deberían trabajar juntos en «tiempos de cambio y agitación«. Por su parte, Scholz señaló que esos vínculos económicos debían ser «de igual a igual, con reciprocidad».
A pesar del cariz económico que se le ha dado a la reunión por parte de las autoridades chinas y germanas, la situación geopolítica internacional ha estado presente. El canciller alemán ha pedido a su homólogo chino que influya sobre Rusia para detener la guerra en Ucrania, a la vez que se ha muestro abierto a cooperar económica con China.
«Buscaremos la cooperación donde sea de nuestro interés mutuo, pero no ignoraremos las controversias… Cuando viajo a Pekín como canciller, también lo hago como europeo«, dijo Scholz al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Contexto internacional complejo
No obstante, Olaf Scholz visita China en un contexto internacional complejo, con la crisis energética como telón de fondo y por el papel reforzado de Xi Jinping al frente del Partido Comunista de China. Xi Jinping asiste por su parte a un estancamiento del país y busca en socios internacionales las posibilidades de impulsar su comercio exterior.
Por su parte, Xi ha subrayado su disposición a «buscar puntos en común» y «trabajar juntos» en un contexto de «crecientes turbulencias» a nivel global, según el comunicado oficial de las autoridades chinas. El mandatario alemán también se ha referido a Taiwán. Scholz ha insistido en que todo «cambio de statu quo» para la isla debe producirse «por la vía pacífica y el diálogo»