Las tropas de Rusia continúan sus operaciones en los frentes de Donetsk y Járkov, logrando avances confirmados, aunque a un alto precio en términos de bajas y pérdida de equipos militares, según informan autoridades y medios ucranianos. El Estado Mayor del Ejército ucraniano reporta que, específicamente en los sectores de Avdivka y Márinka, las fuerzas ucranianas repelieron más de cuarenta ataques rusos, infligiendo más de mil bajas entre muertos y heridos a las fuerzas enemigas en todos los frentes.
Avdivka y Márinka, ubicadas en las afueras de Donetsk, han sido escenario de resistencia por parte de las fuerzas ucranianas contra los ataques del Ejército de Rusia desde hace casi dos años. Sin embargo, en las últimas semanas, las tropas de Moscú han logrado avances notorios en los alrededores de Avdivka. El Centro para las Estrategias de Defensa de Kiev alerta sobre la amenaza táctica de cerco que enfrentan las fuerzas ucranianas que operan en la zona, especialmente cerca del restaurante Tarka Okhota y en la calle Soborna, al sur de la ciudad.
Progresos también en Lugansk y Kúpiansk
Se informa también de progresos rusos cerca de Kreminna, en la región de Lugansk, y de Kúpiansk, en la región nororiental de Járkov, con enfrentamientos posicionales en el resto del frente, tanto en el este como en el sur. La situación alrededor del nudo ferroviario de Kúpiansk, objeto de interés estratégico por parte de Rusia, se complica según el canal de Telegram ucraniano DeepState.
El Ministerio de Defensa ruso anunció la toma de control de Tabaivka, situada a 23 kilómetros al sureste de Kúpiansk. Vitali Ganchev, jefe de la administración militar de Járkov nombrado por Rusia, afirmó que este avance es un paso hacia la liberación de toda la región.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, reconoció la gravedad de la situación, destacando que el país se encuentra en un momento muy difícil. A pesar de contar con un ejército de un millón de efectivos, Zelenski solicita ayuda internacional para frenar la agresión rusa y evitar así la destrucción de Ucrania y las posibles repercusiones a nivel global. Advierte que, sin el respaldo adecuado, Europa no podrá afrontar sola la asistencia necesaria y destaca la importancia de la colaboración internacional para hacer frente a la crisis.